Actualidad
Los europeos aceleran el repliegue de su personal civil en Afganistán
ISLAMABAD- Tras una semana de furia en Afganistán por la quema de varios ejemplares del Corán en la base estadounidense de Bagram, los ánimos siguen agitados. Las protestas antiamericanas, que se han cobrado ya más de 30 muertos, cuatro de ellos soldados estadounidenses, continuaron ayer en todo el país. El peor de los ataques se registró en Kunduz, al norte de Afganistán, cuando varios miles de manifestantes furiosos lanzaron granadas contra una base de Estados Unidos e hirieron al menos a siete soldados estadounidenses y dos manifestantes resultaron muertos. La manifestación empezó, aparentemente, pacífica pero la situación se fue de control después de que varios manifestantes lanzaran cócteles molotov contra las instalaciones militares de la OTAN.
La violencia que se vive estos días en Afganistán podría minar las relaciones entre Washington y Kabul, en un momento crucial para el futuro de las tropas extranjeras destacadas en el país centroasiático. El presidente Hamid Karzai reiteró su llamamiento a la calma al pueblo afgano y recordó que el incidente de la quema del Corán está siendo investigado.
Pero la furia de los afganos se está volviendo incontrolable y los extranjeros se han convertido en el blanco de los ataques.
La seguridad de la misión de la OTAN en Afganistán se está viendo seriamente afectada por los graves disturbios y varios países de la Alianza Atlántica han retirado a su personal miliar de los edificios gubernamentales de Kabul. Gran Bretaña, por su parte, decidió sacar del país al personal civil de su embajada que trabaja en las instituciones afganas como medida preventiva. También Alemania ha anunciado la retirada temporal de unos cincuenta asesores que trabajan en el Ministerio de Cooperación en Kabul.
Según fuentes de seguridad del país, un oficial afgano ha sido identificado como presunto autor de la muerte de los dos soldados estadounidenses en en el Ministerio de Interior. Se trata de Abdul Saboor, de 25 años, que llevaba dos años destinado en el servicio de inteligencia del Ministerio de Interior. El presunto asesino huyó el sábado tras matar a los dos oficiales dentro del edificio ministerial. De momento, sus familiares en Kabul están siendo interrogados y su domicilio en Parwan ha sido registrado por la Policía. Los talibanes, que reivindicaron la autoría del ataque, dijeron que se trataba de una venganza por la quema de ejemplares del Corán, e identificaron al presunto asesino con el nombre de Abdul Rahman.
Derriban la casa de Bin Laden
Entre aplausos, vitoreos y suspiros, los vecinos de Abbottabad se despidieron ayer de la que fue por seis años la última guarida de Bin Laden. Unos 500 policías rodearon el edificio para impedir a los curiosos acercarse. La decisión repentina del Gobierno de Islamabad sorprendió a Washington, que temía que la casa del terrorista fuera un lugar de culto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar