Pakistán

Obama respalda el diálogo con los talibán que dejen la violencia

La OTAN prevé lanzaren junio una importante ofensiva militar en contra de los insurgentes en Kandahar.

Los presidentes Hamid Karzai y Barack Obama atienden a la Prensa tras mantener una reunión ayer en la Casa Blanca
Los presidentes Hamid Karzai y Barack Obama atienden a la Prensa tras mantener una reunión ayer en la Casa Blancalarazon

NUEVA YORK- El presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo afgano, Hamid Karzai, mostraron ayer la mejor de sus sonrisas para las cámaras después de una reunión en el Despacho Oval. Atrás quedaron las supuestas amenazas de Karzai, al que persiguen las sospechas de fraude electoral y corrupción política, de unirse a los talibán. Durante una multitudinaria rueda de prensa, Obama reconoció que «ésta es la reafirmación de la amistad entre el pueblo estadounidense y afgano» mientras justificó los informes de desave-nencias entre los dos líderes con las exageraciones de los medios. «He intentado hacer énfasis en el hecho de que va a haber peleas duras durante los próximos meses», explicó Obama.

Mientras, sus tropas se preparan para una dura ofensiva en la provincia de Kandahar, considerada santuario de los talibán. Esta operación, que se escribirá en uno de los capítulos más sangrientas en los nueve años de la guerra en tierras afganas, se prepara para el próximo mes de junio. Pero la batalla todavía plantea dudas: requerirá intensa y medida coordinación entre los militares y los civiles de la OTAN y sus respectivos gobiernos, junto con las Fuerzas de Seguridad de Afganistán y los Gobiernos locales y central del país asiático. Aun así, Obama destacó que mantiene sus planes de comenzar la retirada de sus soldados en el verano de 2011.

Obama reconoció que respalda los esfuerzos afganos para «abrir la puerta a los talibán que rompan con Al Qaida y renuncien a la violencia», en clara referencia a los últimos movimientos de Karzai de contar con los extremistas que abandonen las armas. Karzai ha indicado que planea presentar un programa para llamar la atención de aquellos que deseen volver a una vida normal ofreciéndoles incentivos económicos y puestos de trabajo.

Pese a todo, en Washington, el plan del afgano no se ve con tan buenos ojos. Los detractores consideran que es demasiado pronto, mientras que también opinan que podría ser un blanco fácil debido a la relación entre los talibán y Osama Ben Laden.

Ambos dirigentes también hablaron sobre la presencia de los grupos extremistas en Pakistán. Obama expresó su plena confianza en Islamabad: «Las autoridades de Pakistán están empezando a controlar las zonas fronterizas, pero no va a ocurrir de la noche a la mañana». Así las cosas, el líder afgano puso colofón ayer con su encuentro con el presidente estadounidense a una visita de cuatro días para la que he traído a quince ministros. Su agenda ha incluido citas con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, líderes del Congreso y una visita al hospital de veteranos de Afganistán Walter Reed Army Medical Center, entre otros actos. Eso sí, siempre acompañado de diplomáticos y consejeros de confianza de Obama.