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Barroquismo económico por César Alcalá

La Razón
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Todo lo que estamos viviendo últimamente con respecto a la crisis económica es debido a su carácter barroco. Esta afirmación sorprenderá a más de uno, pero el adjetivo está intrínsecamente ligado a ella. Cuando hablamos de barroco no sólo lo hacemos de un periodo artístico, arquitectónico, literario o musical. Estamos hablando de una condición inherente en nuestra sociedad. El escritor y pensador catalán Eugenio d'Ors escribe:
«El barroco no es un estilo histórico, sino un estilo de cultura, una permanente manifestación de vida humana. Barroco es el elemento caótico del cosmos, el grito de la naturaleza desordenada, el movimiento de las pasiones. El espíritu barroco no sabe lo que quiere, se ríe de las exigencias del espíritu de contradicción. Comparado el eón clásico con el barroco, el clásico es al barroco lo que la razón es a la vida, la diastasa al alimento. El clasicismo es el mundo de las formas que pesan, el barroco, el de las formas que vuelan».

La actual crisis económica forma parte de la naturaleza desordenada. Podemos afirmar, como Ors, que al hablar de la crisis económica estamos proclamando una manifestación de vida y de fuerzas por parte de la naturaleza que reclama sus derechos frente a la razón. Lo clásico es lo que vivimos hoy en día con algunas pinceladas de lo barroco. Y es dentro de este clasicismo que tenemos la obligación de analizar unos hechos marcados por el desorden y la pasión que fueron el punto de partida de lo que estamos padeciendo.