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Al PP se le aparece La Pepa por Paco Reyero

Arenas emplea la víspera del Bicentenario para lucir con Rajoy, Soraya, Montoro, Báñez y Teófila en Cádiz

Al PP se le aparece La Pepa por Paco Reyero
Al PP se le aparece La Pepa por Paco Reyerolarazon

Arenas aprovechó la víspera del Bicentenario de la Constitución de Cádiz para pegar un mensaje bordado en los libros de Historia al codo final de la campaña de las elecciones andaluzas. La Pepa se le presentó al PP en domingo, como el momento al que le casan todas las comparativas de resistencia, renovación y unidad. Uno ya empieza a pensar que incluso a Griñán se la vienen jugando desde hace 200 años. Con este regalo del calendario –debidamente aprovechado– Arenas ha encontrado para la semana final de campaña un andamiaje estratégico positivo (y respetado por todos, al margen de colores) que compensa la carga negativa de estos comicios agónicos: contra el paro y la corrupción. Así,encima de la multipista –baloncesto, voleibol y fútbol sala– del Pabellón de Deportes de Cádiz, el candidato a la Junta congregó a un tercio del Gobierno, al presidente del Congreso,al de Ceuta y protagonizó un mano a mano con el del Ejecutivo, Mariano Rajoy. El valor liberal de la Constitución de Cádiz se vestirá hoy de largo con los actos institucionales que presidirá el Rey. Es verdad que Teófila Martínez, la alcaldesa, lleva trabajando en la celebración desde hace más de 13 años, pero también que los populares andaluces cuentan con la perla de La Pepa para redondear su campaña. En el Pabellón de Deportes gaditano, el gentío, unas 2.500 personas, estaba dispuesto a aplaudir incluso palabras en otro idioma. Tal es el hartazgo del Gobierno socialista que el recinto era una amalgama de la tradicional hinchada pepera y algunos que venían como a probar un nuevo restaurante. Teófila se enfundó una cazadora de flecos, propia de «El bueno, el feo y el Malo». En aquel western, Clint Eastwood le dice a Tuco: «Duermo tranquilo porque mi peor enemigo vela por mí». Aunque Arenas insistió en que sus únicos enemigos son el paro y la crisis, su adversario, José Antonio Griñan parece velar por él, después de sufrir una pandemia de encuestas. El candidato del PP puso de ejemplo el afán reformista del Gobierno de Rajoy, su producción legislativa en apenas 90 días de legislatura y se empleó en recordar las visitas del presidente a la provincia de Cádiz: «Has venido –le dijo– incluso a hacer queso payoyo a tierras gaditanas». En línea con Arenas, Rajoy evitó el tono mitinero y se afianzó en la obligación del cambio en Andalucía, «para evitar que 1.000.000 de andaluces que quieren trabajar y no pueden tengan la oportunidad de hacerlo. Todo lo demás son ruidos y chascarrillos y los problemas de unos señores que nos han traído hasta aquí». Al final, una vez más sacó brillo a la palabra: cambio. «Hace doscientos años, el 19 de marzo, una serie de gente, competente y patriota, fue capaz de protagonizar un cambio histórico. Fueron la brújula de la España de las reformas. De eso se trata también ahora». Arenas miraba a Rajoy en el atril, sereno, confiado en los vientos favorables de La Pepa.