Cataluña
«La obra de Màrius Torres emociona a los campesinos»
Los versos y la vida de Màrius Torres perviven en la memoria de su hermano, quien reivindica su legado.
BARCELONA-El próximo lunes se cumplirán cien años del nacimiento del poeta Màrius Torres, autor de una breve producción literaria, pero de gran fuerza y profundidad lírica. Pese a que cuando murió, con apenas 32 años, todavía su nombre no era conocido entre el gran público, en la celebración de su centenario sí que se puede afirmar que Torres es uno de los clásicos de la literatura catalana del siglo XX, a la misma altura que Carner o Espriu. Torres era un joven a quien una enfermedad, la tuberculosis, le obligó a pasar los últimos años de su vida ingresado en el sanatorio de Puig d'Olena. Fue allí donde inició la redacción de sus versos, dejando a su muerte, ocurrida en 1942, un centenar de poemas, tres obras de narrativa corta y una farsa teatral.
Detrás de la difusión de la obra de Torres hubo mucha gente, especialmente su primer editor, Joan Sales, quien inició la publicación de la obra en México. El otro nombre destacado es Víctor Torres, hermano de Màrius.
Hoy, a sus 95 años, Víctor Torres tiene todavía fuerzas para recordar y reivindicar la labor de su hermano. El depositario del legado del poeta define a Màrius como «alguien que ya está en el primer plano de la literatura catalana. Murió mucho antes de saber que su trabajo trascendería. Afortunadamente su obra ha enraizado y la gente del pueblo lo lee y lo entiende. He encontrado campesinos que se emocionan con su coraje».
Para Víctor Torres, los inicios de la divulgación de los poemas de Màrius fueron difíciles «aunque en tiempos de Franco empezaron a correr ediciones clandestinas de los poemas. Sales se preocupó porque todos conocieran a Màrius».
En 1992, coincidiendo con el cincuentenario de la muerte de Màrius Torres, en Lleida, su ciudad natal, se le dedicó un año conmemorativo. «Fue un estallido que ha continuado. Ahora está traducido al castellano, francés y portugués, además de prepararse otras ediciones. También se prepara una cátedra con su nombre y un simpsosio», apunta Víctor Torres.
Pese al tiempo pasado, el recuerdo de Màrius pervive en su hermano Víctor. «Él era cinco años mayor que yo, por lo que nuestra juventud no la hicimos juntos. Él tenía su grupo y yo el mío. Él estudió Medicina y yo Derecho. Sin embargo, durante la vida familiar, nuestra convivencia fue perfecta. Fue un hermano excelente. Nunca tuvimos ningún roce. Por eso creo que su carácter y vida fueron ejemplares», aseguró. Cuando se le pide una definición sobre cómo era su hermano, Víctor Torres asegura que «era una persona más reflexiva y más silenciosa que yo. En los siete años que estuvo encerrado por la enfermedad no se desanimó nunca».
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