Berlín

Sarkozy propone refundar Europa con Merkel

El presidente francés anuncia un encuentro con la canciller el lunes para fijar el futuro de la UE. Llama a refundar la UE sobre las bases de la moneda común, la solidaridad y el equilibrio fiscal.

Sarkozy cree que Francia tiene miedo de «perder el control de su destino»
Sarkozy cree que Francia tiene miedo de «perder el control de su destino»larazon

El decorado era el mismo, las circunstancias no. Tres años después de un discurso fundador, en el que Nicolas Sarkozy fustigó severamente los «excesos del capitalismo financiero» y llamó a una «refundación del sistema», el presidente francés eligió de nuevo Toulon (sur de Francia) para llamar, esta vez, a refundar Europa. En estos tres años, la crisis financiera y económica desencadenada por las «subprimes» se ha tornado en crisis de deuda en la eurozona. Sarkozy no reclamó ayer como en 2008 un nuevo «Breton Woods» mundial, sino una entente europea que salve la moneda única, en peligro mortal.

No hubo muchas soluciones en un discurso supuestamente afinado entre las dos orillas del Rin. Adoleció de decisiones concretas porque entre Berlín y París, a una semana de una cumbre europea crucial, sigue habiendo puntos de fricción y habrá que esperar al lunes, según anunció Sarkozy, para tener un proyecto común franco-alemán sobre la «reforma de los tratados» que ambos mandatarios presentarán en París. «La crisis del euro es la más grave y puede arrastrarlo todo», previno.

Regla de oro
La refundación de Sarkozy lleva acento alemán. Reticente a la ortodoxia agitada férreamente por la canciller, el gobernante galo ha acabado rindiéndose. «Europa necesita más solidaridad, pero más solidaridad exige más disciplina presupuestaria. Es el principio de la refundación de Europa», clamó ante un auditorio que aplaudió la idea de reforzar las sanciones, «más automáticas y severas», a los países díscolos, y la obligación de que todos adopten la «regla de oro» del equilibrio presupuestario, algo que Francia todavía no ha hecho.

Sarkozy ya acepta que «más Europa» implica ceder parte de la soberanía, pero no parece estar dispuesto a que el control de los presupuestos nacionales recaiga en la Comisión Europea y puedan terminar en el Tribunal europeo de Justicia si un estado incumple las reglas. El refuerzo de las sanciones a través de una institución supranacional, como defiende Merkel, no convence al socio galo, celoso de que ciertas decisiones se aprueben –o veten– en Bruselas. De ahí que reclamara para Europa «más responsabilidad política y democracia», urgiendo a que en el seno de la Unión se tomen más decisiones por mayoría cualificada.

El presidente francés rehusó entrar «en el debate del BCE», reivindicando su independencia y felicitándose por la decisión de la autoridad monetaria de intervenir comprando deuda europea, como ha venido defendiendo todo este tiempo. «Su rol es determinante», se limitó a decir.

Insistiendo en la gravedad de la crisis y en la necesidad de «decir la verdad a los franceses», sostuvo que «trabajar más y no menos» es la única vía para salir de ella, de manera «justa» y «sin agravarla». Criticando apenas veladamente las 35 horas y la jubilación a los sesenta años de los socialistas galos, males «que hay que reparar», Sarkozy dio como respuesta a la crisis actual «el trabajo, el esfuerzo y el control del gasto». Concluyó así que es mejor dedicarle más horas y más años al trabajo que reducir las pensiones o los salarios. Asimismo, apuntó: «La reforma de la financiación del modelo social se ha convertido en una urgencia absoluta».

Según el dirigente galo, se trata de «un ajuste por lo alto, que preserva el nivel de vida», defendió en contra de aquellos que han optado únicamente por los planes de austeridad, el rigor y la deflación como solución. «Eso significa elegir la bajada de los salarios y las pensiones. Hacer recaer todo el peso de la crisis sobre el poder adquisitivo», denunció, justificando así la política económica de su Gobierno a lo largo de los últimos cuatro años y a cinco meses de las elecciones presidenciales francesas. Sarkozy, que no dejó de abanderar la unidad entre Francia y Alemania y de supeditar la pervivencia del euro a la necesaria convergencia entre las economías, tachó de «imperfecto» el tratado de Maastricht y reconoció que Europa ha decepcionado «por no ir lo suficientemente rápido, ni lejos, ni fuerte». Entre la «Europa de reglas y derechos» de Merkel y la «Europa política» de Sarkozy media una distancia que los dos tienen poco tiempo para recorrer. La canciller dará su versión en el Bundestag.


Las claves del discurso
-Solidaridad: Los países de la zona euro deben ser solidarios unos con otros. Pero la solidaridad exige disciplina porque «esta no debe fomentar la laxitud».
-La «regla de oro»: Los estados miembros deben inscribir en su orden jurídico el objetivo del equilibrio presupuestario.
-Nuevo tratado: Sarkozy prepara con Merkel «un nuevo tratado europeo».
-Más soberanía: Más Europa significa aceptar posibles castigos por incumplir los compromisos.
-Más trabajo: «Es mejor trabajar más y más años que bajar las pensiones».
-El BCE: No se debe modificar su papel.