Valdano: «Había un 9 en el banquillo»

La diferencia en este 2011, después de las muchas divergencias que director deportivo y entrenador protagonizaron durante el pasado año, es que el director general,a la sazón portavoz del club, ha empezado a aplicar las mismas armas que el portugués: mandar recaditos a través de la Prensa sin especificar a quién va dirigido para que el portugués recoja el guante.

Viene todo esto por lo comentado por Valdano cuando se le preguntó al final del partido en Almería cómo iban encaminadas las negociaciones por Van Nistelrooy. Contestación: «Había un "9"en el banquillo. Se está cometiendo una injusticia con Benzema. Se le juzga cada vez que entra en contacto con la pelota. Espero que la suplencia no le afecte, pero es un futbolista excelente y más fuerte de lo que parece», dijo a C+ al respecto de la alineación de Kaká a costa de Benzema. ¿Es la Prensa quién deja al francés en el banquillo y es injusto con él o es Mourinho quien le pone en el disparadero? Eso sí, más tarde, Valdano salió en apoyo de su entrenador: «Nosotros somos espectadores de las decisiones del entrenador. Todo lo que él dispone nos parece bien».

En cuanto a otra polémica anterior y con tres posibles penaltis no pitados a favor del Madrid, el adjunto al presidente no mentó la labor arbitral, Mourinho sí se despachó. «No quiero hablar. Prefiero hablar bien que mal. En la Copa del Rey, pude hablar bien, a pesar de un gol en fuera de juego contra nosotros. Cuando puedo hablar bien, lo hago con placer, si no intento no hablar más. Es un árbitro que conozco desde 1996 cuando llegué a España por primera vez y normalmente cambiamos un poco por la experiencia de vida, pero Pérez Lasa en 2011 sigue igual que en 1996. Esperemos a ver qué pasa en la segunda vuelta y esperamos que no nos toque este árbitro, ni tampoco al Barcelona».

Mourinho lamentó los dos puntos perdidos. Le hubiera gustado acabar la primera vuelta con 50 puntos, aunque para él «buenos números» no es lo más importante «sino ganar campeonatos».

Al margen de la queja arbitral, desechó que su equipo se hubiera confiado; justificó que sus jugadores «no son máquinas» y reconoció que en la primera parte habían «impuesto un ritmo bajo y fácil de controlar para el rival». Tanto él como sus pupilos se mostraron convencidos de que «hay tiempo para remontar al Barça».