Los «oasis» catalán y andaluz por José Clemente

La primera consecuencia del órdago político lanzado por Cataluña y Andalucía a los planes de Rajoy de presentar a nuestro país esta misma semana como un todo unido, sin fisuras y firmemente decidido a lograr el objetivo del déficit (1,5 por ciento este año), y el de la deuda (15,1 por ciento del PIB), la pudimos ver en el comportamiento de los mercados, inmediatamente después del plantón, y, como viene siendo habitual en esta larga crisis, con los movimientos de la prima de riesgo y el retorno de las agencias de rating con sus sospechosos informes sobre la salud financiera de cualquier autonomía, retomando así la actividad especuladora frenada por Draghi desde que anunciara que el BCE protegería al euro al precio que fuera. Que esa reunión tan importante fuera boicoteada por el consejero catalán, Andreu Mas-Colell, y que durante la misma la consejera andaluza, Carmen Martínez Aguayo, abandonara la «cumbre» del CPFF, evidencia la catadura moral de ambos dirigentes y pone al descubierto el desprecio con el que tratan los esfuerzos de todos los españoles. «Pero cumpliremos con la ley», remató Cristóbal Montoro, porque en el desapego CiU-PP no hay más que elecciones catalanas a la vista, ya que de momento no les ve rechazando la ayuda del FLA. Andalucía está griñanísta y con socios que piden guerra. Y ambas comunidades, porque tienen alterados un poco sus respectivos «oasis», es decir, la pela y las perras.