Cataluña

Sibilinos

La Razón
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Chávez está que se sale. Los medios de comunicación contrarios al Gobierno son sometidos a una especie de caza de brujas para amordazarlos. Sin disimulo y sin escrúpulos, Chávez pone la diana, y la judicatura, sumisa y sin dignidad, se limita a ejecutar las órdenes del líder. En Europa somos más civilizados, ¡dónde va a parar! Aquí, en el primer mundo, utilizamos fórmulas más sibilinas. Por ejemplo, se aprueba una ley para encumbrar la censura y provocar un apagón informativo. Se amordaza la libertad de expresión y se da cobertura legal a los excesos con todas las de ley, faltaría más. El señor Berlusconi puede dormir tranquilo aunque su nombre se asocie a orgías, sobornos, mala gestión o drogas. La Ley le exime del juicio público. Ahora ya trabaja para convertir a los fiscales en tiernos corderitos. No vaya a ser que la Ley le dé un disgusto. En España, por suerte, estamos lejos de estas artimañas que ya sufrimos durante 40 años. Sin embargo, algunos confunden libertad con libertinaje. Internet va lleno de obscenidades que confunden crítica con insulto, mentira, calumnia o difamación. Fuera de la red, algunos, disfrazados de periodistas, utilizan también esta receta. Hace unos días, un tertuliano calificó de «zorra repugnante» o «puerca» a la consejera de Salud de Cataluña, Marina Geli. La víctima de esta zafiedad se ha querellado contra el tertuliano, que gozó de total impunidad en el programa en el que pronunció su «flamante» soflama. Nadie movió un dedo a favor de la profesionalidad. Tan culpable es quien habló como quien le amparó desde el silencio vergonzante. Ahora la Justicia deberá actuar, porque la crítica más ácida no está reñida con la educación y el respeto.