Saqueo

El Festival de Teatro de Mérida se inauguró en 1933 con la «Medea» de Séneca en traducción de Unamuno, protagonizada por Margarita Xirgu y Cipriano de Rivas Cherif, el cuñado de Azaña, en la dirección. Más credenciales republicanas, imposible… Tanto, que se suspendió al año siguiente y hasta 1954 el teatro no volvió al antiguo coliseo extremeño. La continuidad, de casi sesenta años, está a punto de romperse ahora a causa de los desmanes protagonizados por los responsables de los últimos años, vinculados con los socialistas que han gobernado Extremadura desde 1983. Como ha informado LA RAZÓN, no hay facturas, ni aparecen los libros de contabilidad, hay préstamos por 800.000 euros sin autorización, no se paga a proveedores ni a actores, en algunas funciones hay más invitados que espectadores de pago… Eso sí, la función más icónica, por así decirlo, ha sido una «Antígona» en la que se manipulaba la tragedia para ponerla al servicio de la turbia memoria histórica de Rodríguez Zapatero. Todos sospechamos que hechos como estos vienen ocurriendo en nuestro país desde hace años. Por primera vez, se saben con claridad. La cultura oficial se ha convertido en propaganda política, pura y simple, mientras que esa misma propaganda sirve para que los amigos se llenen los bolsillos. El PP tiene ahora la ocasión de sanear las cuentas, ajustar el dinero destinado a cultura a presupuestos razonables y, al mismo tiempo, despolitizar la cultura y hacer de ella un elemento de integración y de riqueza, y no de sectarismo y de saqueo. Esperemos que no se pierda una ocasión como ésta en un asunto estratégico.