Otro oro para la niña prodigio

Londres- Una niña en el centro acuático de Londres lucha contra los elementos y contra las sospechas. La china Ye Shiwen, 16 años, impresionó en la prueba de 400 estilos con el oro y un récord del mundo estratosférico gracias a un final inolvidable: en los últimos 50 metros, nadó 17 centésimas más rápido que el mismísimo Ryan Lochte, y los últimos 100 los hizo apenas 3 más lenta. ¿Imposible? Cierto. Y por eso algunos empezaron a sospechar de ella. A John Leonard, director de la Asociación Mundial de Entrenadores, estadounidense, le parece «inquietante» la velocidad con la que nada la china. Prendió la mecha, levantó sospechas de dopaje sin pruebas que tanto desde la Federación china –«nosotros nunca cuestionamos a Phelps», dicen– como desde la organización de los Juegos –«está limpia, ha dado negativo», aseguran– se han encargado de espantar.

Mientras, ella sigue nadando como nadie. Y rompiendo marcas. Los 200 estilos fueron otra exhibición en la que perdió terreno al principio, lo ganó con la espalda, se volvió a retrasar en la braza y arrasó en el estilo libre para conseguir el récord olímpico. La australiana Alicia Coutts se llevó la plata y la estadounidense Caitlin Leverenz accedió al tercer lugar del podio.

q Mireia, a la final de 200 mariposa. La nadadora catalana disputará su segunda final olímpica tras superar ayer las semifinales de los 200 mariposa en su mejor día en los Juegos. Lo hizo con la cuarta mejor marca, muy cerca de la tercera y la segunda. Hoy podría alcanzar su sueño en forma de medalla.