Literatura

Lorca

Qué pasó con los puentes por José Clemente

La Razón
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En Murcia no llueve nunca y cuando lo hace es para ponerse a temblar. Cosas de la climatología, por otra parte muy estudiadas, que nos ilustran sobre este tipo de fenómenos y nos aconsejan la adopción de medidas para evitar males mayores. Se sabe por qué la tierra nos da latigazos de tiempo en tiempo, como también, de tiempo en tiempo se desatan tormentas que dejan caer todo de golpe. A veces, incluso, ni siquiera nos sorprende, pues eso sólo ocurre cuando hay víctimas que lamentar, como en Lorca con el terremoto de mayo de 2011 y, ahora, también en Lorca y Puerto Lumbreras, con las abundantes precipitaciones del pasado viernes. Los males, los desperfectos, los sufrimientos no vienen solos a esta Región, pues van acompañados de muchos otros daños colaterales que, además, se repiten de forma cíclica. Por eso hay que extremar las precauciones, adoptar cuantas medidas hagan falta, tenerlo todo a punto y bien dispuesto, porque aún así, nos sorprenderá donde menos lo esperemos. Hace pocos años asistí al 50 aniversario de la independencia del Puerto, como le llaman cariñosamente sus vecinos, y en los actos se recordó la riada del 19 de octubre de 1973, donde perdieron la vida 86 lumbrerenses. Costó mucho esfuerzo y sacrificio rehacerse de aquél mazazo, pero ahí están, peleando cada día que pasa, como Lorca después de los seísmos. Y como sabemos que estas cosas ocurren y la desgracia siempre llega lo que no debemos admitir y, en eso hemos de aplaudir la investigación abierta por Fomento, es que puentes recién construidos se vengan abajo con el paso del agua, mientras los bimilenarios puentes romanos se mantienen en pie pase lo que pase. Los extremos se tocan, pero la verdad sólo tiene un camino. ¡Que nos lo expliquen!