Real Federación Española de Fútbol

Inglaterra contra Blatter

Si nadie lo remedia, «Sepp» Blatter está destinado hoy a convertirse, por cuarta vez, en el presidente de la FIFA. El suizo no cuenta con adversario. Los que intentaron retarle fueron cayendo acusados de supuestas implicaciones en casos de fraude.

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En los últimos seis meses hasta cuatro altos cargos del organismo han sido suspendidos, vinculados con episodios de corrupción. Pero Blatter parece vivir en otro mundo y cuando se le pregunta por el problema se limita a decir «¿crisis?, ¿qué crisis?». Después de la fina ironía, la Federación Inglesa de Fútbol (FA) decidió ayer plantarle cara. No está dispuesta a que vuelva a ocupar la silla que le mantiene en el poder desde 1998 y, con el apoyo de sus colegas los escoceses, la federación pidió ayer que la elección sea aplazada. Quieren tiempo para analizar las cosas y dar la posibilidad a que un candidato decente pueda presentarse en escena. Asimismo, su presidente, David Bernstein, solicitó que se nombre a un «grupo independiente que pueda hacer recomendaciones para mejorar el gobierno» del organismo internacional.

«Es un periodo lamentable para la reputación de la FIFA, y de hecho, para todo el fútbol», estimó Bernstein, quien ya había anunciado a mediados de este mes que la FA iba a abstenerse en los comicios como signo de protesta. Desde hace años la Prensa viene dudando de la ética de Blatter. Los aficionados no le quieren. De hecho, «Blatter out» ( Blatter fuera) fue el lunes el segundo mensaje más popular de Twitter. Además, muchos aseguran que él está detrás del «e-mail» en el que se da a entender que la elección para el Mundial de 2022 en Qatar estaba comprada. Jérôme Valcke, su hombre de confianza, fue en esta ocasión la cabeza de turco.

Mohamed Bin Hammam fue el único que osó retarle, pero tras unas fotografías donde supuestamente se le ve comprando votos para su campaña, el qatarí tuvo que retirar su candidatura. El lunes anunció que presentaría un recurso contra la decisión sancionadora, pero ayer, fuentes cercanas al caso apuntaron que no podrá hacerlo, por una cuestión de tiempo. Blatter mientras tanto, inmune. Sabe que hoy podría volver a ganar, pero desconoce los obstáculos que en las últimas horas se interponen en su camino. Y es que, aunque los ingleses son los que han hablado más alto, no han sido los únicos. Los principales patrocinadores del organismo, como Coca- Cola y Adidas también han demostrado su consternación. Y eso supone dinero, mucho dinero. La presión ha crecido además cuando el Parlamento británico y Australia, finalista en la elección del 2022, se han sumado a las críticas.

Perfil. Sepp, la luz perpetua de la FIFA, por Julián Redondo
Wikipedia, invento mucho más agradecido que los calcetines sin tomates, facilita hasta casi la marca de calzoncillos de cualquier personaje. Por ejemplo, Joseph Blatter, Sepp para los amigos, caudillo de la FIFA, líder todopoderoso, material, espiritual y eterno del fútbol mundial. Es suizo, políglota, ha cumplido 75 años y tres mandatos al frente de ese organismo, en el que empezó como director técnico en 1975, bajo los auspicios de Joao Havelange, quien le promovió a secretario general en 1981, hasta que en 1998 le sucedió. En 2002 fue reelegido frente a la opsición de Lennart Johansson, mandamás de la UEFA. Acusó a Blatter de irregularidades financieras varias, incluidos los sobornos. Perdió Johansson. Sepp, para los amigos, hizo las purgas correspondientes y en 2007 fue reelegido de nuevo por aclamación. Hoy, confía en que suceda algo parecido. Se ha quitado de enmedio a Bin Hamman, en 2022 el Mundial se achicharrará en Qatar y hoy espera una mayoría de votos de los 208 electores. En Inglaterra, braman. Intentan demostrar que hace trampas, pero no saben los ingleses que Joseph Blatter, aquel que amenazó al Gobierno de Zapatero con dejar a España fuera de la Eurocopa de Austria-Suiza –principio de la gloria nacional en el siglo XXI– si intervenía en las elecciones de la Federación, es la luz perpetua, tan lejos como está del Réquiem.