Los Ángeles
«Está loco el que quiera cargarse el Festival de San Sebastián»
Es el hombre de moda en el cine español. Ganador de la Palma de Oro de Cannes, está preocupado por el futuro del certamen donostiarra, en el que ayer presentó «Aita», que también ha financiado
Si «Aita», el segundo filme de José María de Orbe, que ayer pasó por el concurso, tuviera premio en San Sebastián, Luis Miñarro, su productor, sería el plusmarquista cinematográfico. Ha logrado el premio gordo en Cannes con «Uncle Boonme...», de Apichatpong Weerasethakul, donde también estuvo presente con «El extraño caso de la prima Angélica», de Manoel de Oliveria; «La mosquitera», de Agustí Vila, ha rendido a los jurados de Karlovy Vary, Batum... Como verán, ninguna de ellas colgaría de la marquesinas de una sala de centro comercial, ni quiere.
-Puede decirse que es el Robin Hood del cine español: ganó dinero rodando publicidad para invertirlo en películas...
-Es una figura romántica que te agradezco, pero soy muy pragmático. Invierto el dinero que gano en otras cosas en este tipo de cine porque confío en él y considero una obligación el que exista.Cada vez es más potente el cine hegemónico. Tampoco tengo interés en coleccionar dinero, pero no le robo a nadie y pago a todos, lo que no hacen todos los productores.
-Con esa filosofía ha logrado ser el productor español con más presencia en festivales internacionales, ¿ha encontrado una fórmula?
-No es cuestión de fórmula. El tipo de películas que elijo tiene más éxito entre el espectador internacional que frecuenta los festivales. A veces es muy difícil llegar al público en España por el gran tapón que existe en la distribución. Es más fácil hacer este cine que conseguir que la gente lo vea.
-¿Y por qué decidió producir «Aita»?
-Porque trabajé con el realizador en spots y, por tanto, conozco sus referencias. Además atravesaba una mala racha y creí que él conseguiría exorcizar con este filme unos fantasmas familiares y, además, sabía que iba a tener una parte visual potente.
-Se tardó tres años en filmar, luego no será de los productores que están muy encima del rodaje...
-He estado encima en los momentos de esos tres años que se rodaba, aunque no intervengo en el rodaje en sí mismo. Superviso el montaje, que es cuando una película se termina.
-¿Cómo negocia en el montaje con esos directores tan personales que elige?
-Es una cuestión de respeto mutuo. Hay veces que, no diré ejemplos, existen encontronazos, pero luego no repites con ese director.
-Frente a este espíritu negociador es usted bastante contundente en su palabras. Dice que no le gusta repetir dos veces con el mismo realizador. Véase el caso de Isabel Coixet.
-Me parece honesto ayudar a la gente y, cuando saben volar, dejarles marchar. Dedico un tiempo de dos años a cada realizador, y tengo mucha curiosidad por conocer otros mundos interiores. No soy inflexible, quizá haga tres películas con Oliveira.
-¿No preferiría ser como el Barça, cultivar sus propios talentos y luego disfrutar del triunfo?
-El éxito es para gente como Guardiola y Messi, a mí me parece muy frívolo.
-¿Cómo va de ego este año?
-Estoy satisfecho de lo que ocurre y sé por qué pasa. Las cosas vienen porque llevo siete años sembrando, en los que he producido veinte películas. Tampoco me creo nada porque puede que el año que viene no me den un premio. El éxito y el fracaso es relativo, ya que el mundo del cine es muy frívolo. Aquí, en San Sebastián, concursan cuatro películas catalanas,y, si hace falta, habrá codazos.
-Hablemos del fenómenos Apitchapong, que abrirá el próximo Fetsival de Sitges.
-La película se ha vendido a 35 países y seguro que a él le cambia la vida. Es un hombre discreto, suave y agradecido, como buen oriental.
-¿Y a usted, le proporcionará ganancias?
-Tengo un porcentaje pequeño, somos cinco productores. Me vale con recuperar la inversión. Pasa igual que con el campo: no es lo mismo tener los manzanos que el que vende las manzanas.
-No selecciona sus títulos sólo por el guión, debe conocer a la persona...
-Claro, tengo que conocer su mundo, saber si existe empatía... Es absurdo trabajar con alguien tanto tiempo si va a ver fricciones.
-¿No le parece un poco exagerado decir que en Madrid no se conoce la Nouvelle Vague y se hace un cine arcaico?
-No dije en Madrid, sino «la mayoría del cine». Ahora la capital tiene más «design» y es más moderna que Barcelona, pero la industria del cine español parece no haberse enterado de que existió la Nouvelle Vague. En España se mira al cine norteamericano como ejemplo a seguir, desde Cultura y las televisiones. En la periferia observamos más a Europa porque hacemos productos de menor coste, desde una perspectiva más personalizada sin una política de «lobbys».
-Esto explica la presencia de esas cuatro películas catalanas aquí.
-El cine catalán es mejor apreciado por los programadores de festivales. El lenguaje no está tan encorsetado como el de la capital. Allí se exigen unos actores determinados, unos guiones muy elaborados, rodar en cinco semanas... Eso no es el cine actual, sino de los 50.
-Hablando del Ministerio, fue usted uno de los Cineastas contra la Orden, ¿Cómo va esa batalla?
-Es David contra Goliat. Si no se hubiera dicho nada, las normas del ICAA serían más rígidas contra el cine de autor. Ha servido para hacer ver que somos un colectivo que no se la envaina.
-¿Y qué le parece la gestión de Guardans?
-Está por ver, lleva poco tiempo, pero lo está cambiando todo...
-¿Está preocupado por el giro que quiere dar a este festival?
-No sé qué planes tiene, pero si alguien pretende cargarse el Festival de San Sebastián, está loco.
-Quiere trabajar con Naomi Kawase, que compite en la muestra, ¿será su próximo proyecto?
-La he saludado, pero tengo interés en mucha gente, también en Zhang Ke Jia, el director de «Naturaleza muerta». Ahora estoy con dos películas pequeñas, y hasta 2012 no me puedo plantear nada nuevo. Una es una coproducción con Brasil y la otra un filme de Óscar Pérez; «Hollywood talkies», sobre los actores españoles que fueron a Los Ángeles a hacer las versiones americanas de las películas, que luego, al llegar el sonoro, no pudieron continuar, y, al volver, estalló la Guerra Civil. Es la crónica de una frustración contada a través de un documental de creación.
EL DETALLE
Cultura mantendrá la sbvención del certamen
El Festival de San Sebastián iniciará nueva etapa en 2011, no sólo porque José Luis Rebordinos se hará cargo de la dirección, sino porque se tendrá que hacer efectiva la ambición de Ignasi Guardans, director general del ICAA (Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales), de un cambio de rumbo. Según pudo conocer este diario ayer, el Ministerio mantendrá su aportación de un millón de euros para la muestra y así se lo ha hecho saber a Rebordinos. La versión oficial señala que se mantiene la apuesta por el certamen para que las otras administraciones presentes en el patronato, Ayuntamiento, Diputación de Guipúzcoa y Gobierno Vasco, mantengan su desembolso. Hay quien ve en esto una toma de posición de Guardans, quien contempló cómo su candidato a la dirección de la muestra se vio rechazado, pero que quiere imponer su criterio en el nuevo rumbo de la muestra. Por otro lado, Pedro Pérez, presidente de los productores, confirmó ayer que, a junio de 2010, la cuota de mercado de nuestro cine era del 9,07%, ligeramente inferior a la del año anterior, 10, 29%.
El responsable de Fapae vaticinó que, por muy bueno que sea el último trimestre, no se alcanzará la cifra del año anterior, el 16%.
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