Fútbol
La obsesión de Cristiano
Protestaba un penalti mientras Özil marcaba el segundo
Madrid- «Cuando metamos el tercero acuérdate de mí», le decía un aficionado atlético a otro al despedirse en las puertas del Calderón. Había ilusión entre los rojiblancos por acabar con casi doce años de desastres. La colección de derrotas algún día tendrá que terminar, pero al álbum ya le han pegado todos los cromos de la temporada 2010/2011.
Años atrás era Ronaldo, el «gordito», el que amargaba la vida de los rojiblancos desde el comienzo del partido. El viejo «Ronie» ya es un ex jugador. Ahora es el tiempo del otro Ronaldo, de Cristiano, pero el que apareció fue Benzema. A los 11 minutos, Karim ya había marcado el primero y comenzaba a dignificar esa camiseta con el número «9» que una vez llevó su ídolo. El francés continúa creciendo en su tarea por hacerse imprescindible en el equipo. Intenta cosas que antes ni siquiera se hubiera atrevido a imaginar, como un regate de tacón en el área. Por eso, cuando Mourinho lo sustituyó no era un castigo, sino una manera de reconocer su trabajo con minutos innecesarios. «Karim estaba muy cansado», justificó Mouri-nho después.
Mientras Benzema se dedicaba a ganar el partido, Cristiano se desesperaba en su obsesión por sumar goles. Su ambición le lleva en ocasiones a desentenderse del juego del equipo. Mientras Özil celebraba el segundo tanto del Madrid, él seguía protestando el penalti que le habían hecho en la jugada anterior. Se levantó con los brazos en alto sin importarle que la pelota siguiera en juego. Marcelo sí quería jugar, la recuperó y le dio el gol a Özil.
Cristiano no recibió ningún reproche de su entrenador. Forzó para ser titular y volvió a marcharse cojeando, como contra el Lyon, y enemistado con la grada del Calderón, que le despidió con insultos. «Cristiano es importante para nosotros. Era un riesgo, pero tenemos que ver día a día. Le duele, tiene exámenes médicos para ver si está en condiciones de ir convocado con Portugal», explicó Mourinho. «No hay ninguno que se pueda decir que está a tope. Psicológicamente es difícil. La ‘‘Champions'' físicamente también es exigente. Igual que el derbi», añadió. «Özil también está cansado, todos están cansados».
Tampoco se quejó del árbitro el portugués. «Casillas y él han sido los dos mejores», comentó. Una opinión que no compartía Quique Sánchez Flores. «Sería conveniente que no nos volviera a pitar. Al menos en el Calderón. No ha sido decisivo en el resultado, pero sí en el desarrollo del juego», aseguró. A su afición no tenía mucho más que decirle: «Algún día se ganará». Algún día.
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