Elecciones

Sol según el PSOE

La Razón
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Esta tienda de disfraces del PSOE, este ropero falso como los trajes de Cornejo, permite a los socialistas elegir en catálogo de qué vamos hoy. Un día se levantan de concejales con chófer y al siguiente, de revolucionarios de los que gritan: «No somos antisistema, el sistema es antinosotros». Y cuela. O casi. Y según convenga, el dirigente del PSOE, a la zapatera, es pícaro, truhán o caballero; Gobierno u oposición; pobre o rico; bohemio o minifundista; bedel de los bancos del sistema o propietario de una buhardilla que cobija a los outsiders. Tras el 15-M, Tomás Gómez ya ha esbozado que el color es el de un ejército de concejales sumados a la indignación, cuando ellos, sus concejales lanares, son los responsables de los presupuestos y de que en algunos pueblos no haya para pagar ni la luz ni las nóminas. Pagar la luz y las nóminas tiene poca lírica y no sirve para la letra de una buena canción, pero al final es algo que ayuda a dormir bien y produce una felicidad de rutina, no de grandes ideales. Para los líderes de tan necesaria enmienda a la totalidad, Zapatero no es el reo y para el presidente del Gobierno, él es uno de ellos, de los del 15-M, transterrado circunstancialmente a la presidencia del Gobierno. Qué cobardía poder elegir ser siempre cascarón de huevo, no coger el mango de la sartén de Madrid.