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Mingote: «Sobre si me siento noble me limito a intentar ser una persona decente»

El genial humorista responde en una carta a las preguntas que Amilibia le propuso para una de sus entrevistas con motivo de la concesión del título de Marqués de Daroca. Consecuentes con el deseo del propio entrevistado, y por su especial interés, reproducimos el texto íntegro del académico

El dibujante, en una exposición sobre su obra el pasado mes de marzo
El dibujante, en una exposición sobre su obra el pasado mes de marzolarazon

«Gracias, querido Jesús, por creerme una vez más digno de una de tus estupendas entrevistas. Pero esta vez tengo algún reparo que oponer. Pretendes que esta sea «una entrevista festiva y jocosa», lo que me parece una pretensión razonable y hasta benéfica si no se tratara de algo que se le ha ocurrido al Rey. La conducta de Don Juan Carlos desde el momento de su coronación ha sido intachable y probablemente heroica, y no vamos a empezar a cachondearnos ahora porque se le haya ocurrido ennoblecer a un paleto plebeyo como yo, del que, por cierto, te autorizo a que le tomes el pelo cuanto gustes. Yo también me reía de los marqueses de Serafín que citas, pero lo hacía porque eran ocurrencias de Serafín, no del Rey. Hace poco me han sacado sangre del brazo para no sé qué análisis y puedes decir que pienso protestar de que la sangre no haya resultado azul, porque ahí tienes mi pelo (poco) a tu disposición si me lo quieres tomar. Sé muy bien que la ironía zafia está muy lejos de tu intención, pero el pelo del Rey ni tocarlo, oyes, que más nos honrará que lo cuidemos.

 Yo soy el primero a quien le ha resultado chocante el nombramiento real, pero eso no quiere decir que no esté orgulloso de la concesión y empeñado en hacer lo necesario para merecerla. Me preguntas si he hecho ya bordar la corona en mis camisas; todavía no he encontrado una digna de sostenerla, pero no pierdo la esperanza.
Contestaré ahora a tus preguntas, y perdóname si evito alguna.

Me preguntas qué coñas son las más usadas respecto a este asunto por mis colegas humoristas. Te diré que bastantes y graciosas, pero todas reflejan la satisfacción por mi enaltecimiento, que es también el suyo y el de nuestro oficio en el que, por cierto, no existen las rivalidades y enemistades ridículas que suelen darse en otros.

En cuanto a si me siento ennoblecido y manifiestamente mejorado, te diré que sí; incluso creo que he crecido varios centímetros, para compensar los que he crecido por afinar mi aristocrática esbeltez. Y tengo noticias de lo contentos que se han puesto en Daroca, ciudad de la que mi padre ha sido uno de sus más ilustres hijos. Y en Sitges, donde nací, y en Teruel y en Calatayud. Siento no poder decir lo mismo de Copenhague, cuyos habitantes no han dado señal de haberse enterado del evento.


La felicitación de Cayetana de Alba


Tienes interés por saber si a los marqueses les ha caído bien que el Rey me haya hecho marqués. Te diré que la primera felicitación fue la de mi amiga Cayetana de Alba, inmediatamente después de la de Alfonso Ussía, que, como sabes, es un aristócrata como la copa de un pino. Y muchos más, que a mí no se me caen los anillos por tener amistad con gentes distinguidas.

Sobre si me siento o no me siento noble te diré que, por el momento, me limito a intentar ser una persona decente. Lo demás ya se verá. Tú sabes desde antiguo que mi mayor ilusión ha sido siempre la de ser campeón del salto con pértiga. Siento decirte que por ahora he renunciado a semejante pretensión, porque no me gusta abusar.
Muchas gracias, Jesús, espero que se te ocurra algo gracioso como sueles para cerrar la entrevista. Algo así como «De menos nos hizo Dios», pero seguro que se te ocurrirá algo mejor.

Un abrazo enorme de tu amigo,

 

Antonio Mingote»
de la Real Academia Española