92-86: Celtics a un paso del título pese a un «doble-doble» de Gasol

Mientras Kobe Bryant regalaba quince minutos portentosos, entre el segundo y el tercer cuarto, los Celtics empezaron a disfrutar de la certeza de que regresarían a Los Ángeles con dos posibilidades de conquistar su decimoséptimo anillo. Fue el individuo contra el bloque. Y a estas alturas, la victoria no podía caer de otro lado. La miseria de los Lakers «preGasol» apareció en el peor momento y con unos rivales que ya tienen motivos para creer.El escolta protagonizó una de las exhibiciones que se transforman en fuegos de artificio si no encuentra ayuda de sus compañeros o sirven de catalizador para hacer mejores al resto. Sucedió lo primero. Kobe anotó 23 puntos consecutivos. Triples, bandejas, «alley-hoops», canastas de dos con un par defensores encima... El problema es que el resto se limitaba a mirar en ataque y también en defensa. Pierce ejerció de Kobe en los Celtics y encontró muchas ayudas. El banquillo en el segundo cuarto; Garnett durante todo el partido; Rondo a ratos... En los Lakers, la estrella estaba abandonada a su suerte. Fisher alzó la voz con nueve puntos en el primer cuarto y luego se esfumó. Del resto, Gasol incluido, nada se supo. Pau vivió apocado. A medida que la serie avanza, entre el peso específico que está ganando Garnett, la intensidad que permite la rotación interior de los Celtics y la intrascendencia de Bynum, a Gasol se le acumula el trabajo. En el quinto partido dio la sensación de estar saturado. Más cercano al Pau de la final de 2008 que su versión de 2010, aunque como dice Phil Jackson: «Básicamente llegamos a los dos últimos partidos con la posibilidad de aprovechar la ventaja de campo». Cierto, es otra forma de verlo.