Cuatro veces Lori Meyers

MADRID- Ya son unos veteranos de la escena independiente española con sólo cuatro discos. Se lo deben a una gira que, especialmente el año pasado les convirtió en omnipresentes por lo ancho y largo de la Península, incluidos festivales (entre ellos el escenario principal del FIB) y fiestas patronales. Podrían llenar un recinto grande para despedirse pero prefieren cuatro noches seguidas en Joy Eslava, una fiesta de gira muy al estilo de sus compañeros de generación Vetusta Morla, y a un espíritu de conexión con el público como no se ha visto nunca en la escena española. Cada vez es más importante querer a tus seguidores y por eso cada noche tendrá algo de especial, con «caras b» y otras sorpresas.

Pero Lori Meyers tienen a pesar de su corta trayectoria, una especie de historia de desengaño difícil de explicar. Entronizados al título de «gran esperanza blanca» del pop independiente, en 2008 iniciaron su relación con el sello Universal publicando «Cronolánea», un disco muy coreado, y al que siguió «Cuando el destino nos alcance», un álbum más orientado a la pista de baile (de lo que tiene mucha culpa el productor Sebastian Krys, que ha trabajado con Shakira o Marc Anthony) y fue acogido con bastante frialdad por sus propios fans. «Se le atacó innecesariamente, y hasta tuvimos que salir a defenderlo», dice Antonio López, «Noni», el cantante de los granadinos. Lo cierto es que, al final, el grupo ha ha defendido su repertorio de la mejor manera posible: en directo. Y a estas alturas, durante uno de sus directos, es difícil distinguir a qué disco pertenece el tema que interpretan. Como el propio López reconoce: «El ochenta por ciento de nuestra fama se debe a los directos». Pues para incrédulos, ahí están «Viaje de estudios», «Hostal Pimodán», «Cronolánea» y «Cuando el destino nos alcance», ya sea en formato grabado, o en la sala Joy Eslava. Antes de que llegue el quinto.