Barcelona
El hombre de los 40 pseudónimos
Howard Marks, filósofo, profesor de física, espía y en su día el mayor traficante de cannabis del mundo presenta su «biopic», «Mr. Nice»
Barcelona- La vida tiene, a veces, extraños giros. La vida de Howard Marks dio una auténtica vuelta de campana a finales de los 60. De ser un brillante estudiante en Oxford de física y filosofía de la ciencia, pasó a ser el mayor traficante de cannabis del mundo, famoso por su poder de seducción, sus más de 40 alias para pasar desapercibido, su rechazo a la violencia y sus relaciones con los servicios secretos ingleses. Llegó a acumular 20 millones de euros en ventas, pero en Mallorca fue arrestado, pasó una temporada en La Modelo y acabó siete años en la peor cárcel de los Estados Unidos, dando la razón al dicho que «el crimen se paga».
A sus 65 años ha rehecho su vida y ahora presenta «Mr. Nice», la película basada en su propia autobiografía, que se estrena el próximo 20 de julio. «No me arrepiento de nada, porque hoy soy feliz y me da pánico pensar que si cambiase sólo una cosa, quizá ahora sería diferente», aseguró ayer Marks.
Desesperado en prisión
La película, dirigida por Bernard Rose, está protagonizada por Rhys Ifans, Elsa Pataky, Chloë Sevigny y David Thewlis y recrea tanto sus años álgidos en el mundo de las drogas blandas como su caída en desgracia. «Estando en prisión, mi hijo de cuatro años se cayó de un tejado y se rompió las dos piernas. La sensación de impotencia, de no poder hacer nada por mi estúpido encierro es la peor experiencia que he tenido nunca», afirmó Marks.
El término «Mr. Nice» era uno de sus múltiples alias, que respondía a su carácter. En la cárcel, por ejemplo, consiguió sobrevivir por su buen humor «y por ser excéntrico e inglés», ayudando a los presos más peligrosos y violentos del mundo a pasar exámenes de bachillerato. «He visto la película unas catorce o quince veces. Me encanta. No sé si esto dice mucho a mi favor», bromeó.
Marks asegura que ve la legalización de las drogas blandas cerca, «aunque llevo 50 años pensando lo mismo», concluyó.
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