Periodigno por Pedro Damián DE DIEGO

Periodismo digno es contar la verdad, cimiento de la noticia sin el cual se resquebraja al instante y queda reducida a escombros. Periodismo digno es tender a la objetividad en cada instante, a sabiendas de que es una meta muy difícil de alcanzar. También es establecer siempre una clara e inequívoca distinción entre los hechos y las opiniones e informar solo de aquellos de los que se conoce su origen, sin omitir elementos esenciales y sin publicar material falso, engañoso o deformado. Periodismo digno es no emplear en beneficio propio informaciones privilegiadas, no aceptar retribuciones de terceros por influir con noticias o géneros de opinión y usar siempre métodos correctos para lograr los datos.

Para garantizar todo eso es preciso que se cumpla el derecho de los informadores a unas condiciones de trabajo justas y adecuadas a la importancia de su actividad. Muy pocas profesiones tienen la responsabilidad social del periodismo, donde es posible provocar una guerra o hacer caer la bolsa en picado con solo un clic de ratón. Y muy pocas de su categoría están tan devaluadas en la consideración y retribución de quienes la desempeñan.

 Por eso, los cientos de periodistas que, con coraje y valor, el jueves salieron a la calle en Castilla y León (espontáneamente en plazas tan importantes como Valladolid y León) tienen toda la razón al exigir unas buenas condiciones de trabajo para garantizar su independencia y equidad en el desempeño de su profesión; para cumplir fielmente el papel que les otorga la Constitución y para responder ante los destinatarios de sus informaciones como marca el Código Deontológico. Solo así será posible el periodigno, término acuñado por los manifestantes y esposado inequívocamente a la verdad, tal y como se enseña en las facultades a los futuros profesionales.