Bruselas
El BCE compra deuda española e italiana
El Banco Central Europeo (BCE) está comprando hoy deuda soberana española e italiana en significativas cantidades, según dijeron algunos operadores del mercado consultados por EFE Dow Jones.
Esas compras han desplomado este lunes las primas de riesgo de las dos naciones al entorno de los 290 puntos básicos, tras haber acabo la semana pasada en el ámbito de los 375.
La rentabilidad de sus bonos frente a los alemanes estaban en alrededor del 5,3 % para las obligaciones a diez años y entre un 4,4 y un 4,5 % para las de cinco años.
A causa de dichas compras, las bolsas de Madrid y Milán avanzaban con sustanciales ganancias del 2,6 % hora y media después de sus respectivas aperturas.
El BCE, tras una reunión de emergencia, anunció el domingo su intención de reactivar el programa de compra de bonos soberanos.
Aunque la entidad no dio precisiones, se entendió que se trataba de deuda de España e Italia, cuyas primas de riesgo habían tocado máximos históricos y desatado las alarmas en medio del hundimiento de las bolsas.
La gravedad de la situación, la peor desde 2008, llevó ayer incluso a los 23 miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), presididos por Jean-Claude Trichet, a mantener una conversación telefónica de emergencia sobre la situación de la crisis de la deuda pública. Una teleconferencia que dio fruto: el BCE acordó comprar bonos españoles e italianos para garantizar la estabilidad en la eurozona.
Aunque el organismo siguió la estela de ambigüedad de Trichet, tratando de mantener silencio antes de la cita «virtual» sobre las actuaciones que iba a emprender, al final trascendió que los gobernadores centrales han optado por «intervenir muy significativamente en los mercados y responder de una manera unida». Según Trichet, dado el «mal funcionamiento de algunos segmentos del mercado».
La iniciativa, que cuenta con detractores y defensores en el seno de la organización, no es baladí. Frente a la fuerza que tendría para aplacar los ataques especulativos la compra masiva de bonos, el riesgo que encierra es el de incrementar la inflación, como consecuencia del aumento del volumen de dinero que se inyecta a los mercados. No obstante, el comunicado que emitió ayer el BCE asegura que la decisión es la de «implementar activamente» su programa de deuda pública para ayudar a «restaurar una mejor trasmisión de nuestras decisiones de política monetaria» y asegurar «la estabilidad de precios en la zona euro».
Un mensaje ambiguo
La compra de deuda ya fue apuntada por Trichet en su última comparecencia pública protagonizada en plena oleada de ataques a los mercados, pero la ambigüedad de su anuncio y el lenguaje críptico que emplea el todavía presidente del máximo órgano regulador europeo generaron un efecto contrario: lejos de relajarse, las primas de riesgo se dispararon el jueves y siguieron en niveles muy altos el viernes.
No obstante, el temor en el seno del BCE radica también en el efecto perverso que puede suponer desde hoy mismo la rebaja en la solvencia de EE UU por primera vez en su historia, al pasar de la denominación «AAA», la máxima, a la calificación «AA+», con perspectiva negativa.
En cualquier caso, la reunión del Banco Central fue clave, no sólo porque hoy marcará el rumbo de los mercados, sino porque desvela que los contactos entre líderes políticos, dieron en parte sus frutos. Fuentes del BCE revelaron ayer que el organismo tomó en consideración el compromiso de Francia y Alemania con las reformas financieras europeas. Es decir, una vez más, el Eje franco-alemán, comandado por el presidente francés Nicolás Sarkozy y la canciller germana Angela Merkel decidieron lanzar un mensaje para poner obstáculos a los especuladores.
En un comunicado conjunto, ambos defendieron la rápida ratificación parlamentaria de los acuerdos europeos del pasado 21 de julio, correspondientes al segundo rescate de Grecia, con el objetivo de que se apliquen de forma plena antes de finales del mes de septiembre, según informó la presidencia Francesa.
Un rápido rescate griego
En el texto, ambos líderes requieren además, celeridad en el aval parlamentario que han de otorgar los diferentes estados europeos para acelerar el salvamento heleno, y expresan su satisfacción por las decisiones anunciadas por Italia y España para «recuperar las finanzas públicas y acelerar la competitividad». Los dos mandatarios consideran «esencial» que Roma y Madrid apliquen de forma «rápida y completa» las medidas. Pero, al parecer, el texto franco-alemán fue interpretado como un respaldo a la reactivación del programa de compra de deuda pública, ya que subraya que es el BCE el que debe determinar cuándo existe una situación excepcional en los mercados financieros que justifique esta reactivación. Trichet respondió y, en su propio comunicado, afirmó: «El BCE da la bienvenida al anuncio que han hecho Italia y España en relación con las nuevas medidas en las áreas de políticas fiscal y estructural». No obstante, el dirigente aclaró los términos: «es esencial una pronta aplicación de las medidas para mejorar la flexibilidad de sus economías y reducir rápidamente su déficit público».
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