Los Ángeles

El sexo como condena

Desde que apareciera en «Malditos bastardos», Michael Fassbender se ha convertido en el actor más perseguido por Hollywood. Pronto le veremos en «Prometheus», de Ridley Scott, pero antes, presenta «Shame», una turbia y polémica cinta sobre la bajada a los infiernos de un adicto al sexo

El sexo como condena
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Es de esos actores que al natural corta literalmente la respiración. El atractivo físico de Michael Fassbender, a sus 37 años, exuda «sex appeal» y una cazadora de cuero, que parece nunca se quita, añade aún más rudeza y morbo a la imagen del intérprete. Durante el pasado Festival de Toronto tuvimos oportunidad de hablar con él sobre «Shame», la fuerte y sórdida historia de un adicto al sexo. Dirigida de forma brillante por Steve McQueen, un director sin miedo al riesgo, la cinta muestra a Fassbender en todo su esplendor gracias a varias escenas donde aparece completamente desnudo. Por si fuera poco, acaba de terminar el rodaje de la esperada y tan secreta precuela de Alien que Ridley Scott ha rodado en Islandia y titulado «Prometheus». Ganador en Venecia de la copa Volpi por su papel en «Shame», Fassbender se ha convertido de la noche a la mañana el actor de moda en EE UU. Todos se rifan a un hombre que parece no tenerle miedo a ningún papel, por muy complejo que sea.

–Hasta ahora usted había evitado por todos los medios caer en el estereotipo, pero por culpa de «Shame» y «Un método peligroso» pueden colgarle el san Benito de actor sin inhibiciones...
–Afortunadamente, la memoria de Hollywood es bastante corta. De todas maneras, «Shame» va mucho más allá que el contenido sexual. Se trata de la historia de un personaje que se tortura a sí mismo y que lucha por cambiar de una vez y ayudar a su hermana. Habla de las relaciones humanas, de lo poco que nos comunicamos entre nosotros. En cómo, en fin, podríamos intentar abrirnos y enfrentarnos responsablemente a otras personas.

–¿Y qué busca en un guión? A simple vista, da la impresión de que le atraen las aventuras fuertes...
–Una buena historia, que sea nueva, fresca, y que no esté supeditada a una fórmula determinada, ya sabes. Hoy en día es difícil encontrar una así porque, aunque los personajes estén bien escritos, las historias suelen tener demasiados parches. Asimismo, me interesa que haya detrás un buen director, porque un texto excelente en las manos equivocadas se puede volver terrible.

–¿Cómo se ha enfrentado a un personaje tan controvertido, aristado y difícil como el de «Shame»?
–Me fijé en todos los detalles que iba hallando en el guión, que no se me pasara ni uno solo. Siempre suelo leerlos unas doscientas cincuenta veces, y eso significa un promedio de diez al día. Pues bien, en este caso fueron más... Los grandes directores son buenos manipuladores, y en el caso de «Shame» y «Un método peligroso» tenía dos maestros tras las cámaras. Me gusta hablar con ellos, entender qué quieren del personaje y de mi interpretación. Soy un hombre al que le gusta correr riesgos. Si te vas a estrellar, qué menos que hacerlo marcando diferencias. Yo no voy por la vida con una malla de seguridad.

–Háblenos ahora del proceso de interiorizar el personaje de Brandon, que lleva cargadas a sus espaldas una tonelada de autodestrucción.
–Pasé mucho tiempo con él gracias al guión. Como te dije antes, una gran parte de mi preparación fue leer y releer. De manera que podría decirse que estuve con Brandon, imaginándomelo frente a mí. Luego, por la calle, me fijaba en ciertas cosas, en lugares que podrían ser escenarios favoritos de Brandon, fui recabando información cada día y la iba uniendo. Luego McQueen también me ayudó. Digamos que traté de entenderle en lugar de juzgarle. Lo que, a mi parecer, habría sido un craso error.

–Porque nadie puede poner en duda que debe ser especialmente difícil bucear en la turbia realidad de un adicto al sexo...
–Para ser honesto contigo, al final funciona como cualquier otra cosa. Si estás enganchado al juego sabes dónde jugar. Y si estás obsesionado con el sexo sabes dónde buscarlo. Que seas atractivo o no da igual. Una buena parte de nuestra sociedad está enganchada al sexo y existen lugares en los que saben dónde pueden encontrarlo. Para mí fue todo un descubrimiento profundizar en ese mundo. Aprendí , por ejemplo,que la gente aparca sus coches en determinados parques públicos de todo el país para mantener sexo callejero... Pasea por uno, conocen de pronto a un extraño, mantienen relaciones y luego cada uno por su lado...

–«Hunger», la primera película de Steve McQueen, fue su gran oportunidad en el cine y ahora repite con el mismo realizador en una cinta tan fuerte como ésta. Debe de confiar en él... ¿Qué destacaría de McQueen?
–Juntos hemos experimentado muchas sensaciones nuevas. En la cara de Steve siempre he visto cómo se refleja su pasión y sus ganas por hacer las cosas bien, y eso siempre me ha inspirado. Él crea un lenguaje muy personal con sus filmes, todos le admiramos, y me siento orgulloso de formar parte de su equipo.

–La pregunta es obvia, pero necesaria: imagino que estará disfrutando especialmente de este brillante momento que atraviesa su carrera, porque se ha convertido en el actor de moda...
–Creo que tengo mucha suerte, la verdad. Me están brindando la oportunidad de trabajar directores que son sensacionales. Desde Steve MccQueen hasta David Cronenberg y Ridley Scott. Eso no pasa todos los días. Quiero llegar a un determinado estatus para poder elegir cada proyecto que interprete. La trayectoria de un actor cambia por completo cuando pasa de aceptar cuanto te proponen, porque lo necesitas, a elegir las producciones en las que participa. Mi único reto ahora mismo es: ¿cuál será mi próximo papel? Lo único que deseo es hacer siempre un buen trabajo...

–Da la impresión, o a lo mejor me equivoco, de que disfruta desnudándose frente a las cámaras, algo que a muchos de sus colegas les incomoda.
–Para nada, me da una vergüenza espantosa, sobre todo delante del equipo de rodaje, porque los conozco a todos. En este caso, lo más importante era contar bien la historia; mis sentimientos personales no deben ser una barrera; al contrario, me fascina superar mis propios miedos, mis cohibiciones, mis inseguridades. Tampoco considero que la sexualidad en esta historia sea gratuita, estamos hablando de un hombre que vive en conflicto con su intimidad.

–Ya sé que se trata de una misión poco menos que imposible, pero ahí va: ¿puede adelantarnos algo, por pequeño que sea, sobre la película de Ridley Scott «Prometheus»? Hay tanto misterio alrededor de ella...
– Pues sí, que ya hemos terminado el rodaje (se ríe). Lo acabamos en Islandia, un país bellísimo, sorprendente, misterioso. Va a ser una cinta muy especial porque el terreno donde se desarrolla es único. Tengo que reconocer que me ha impresionado Ridley porque le gusta hacer las cosas a la antigua. He aprendido muchísimo de su potente energía y de su talento. Se trata de un artista preciso, perfeccionista, detallista al máximo, que le da al actor todo lo que necesita para crear una gran interpretación. Sus ojos funcionan como cuatro o cinco cámaras que filman en un mismo lugar, no sé si me entiendes...

–¿Y qué nos puede adelantar de la nueva cinta de Jim Jarmusch? Sobre ella no hay secretismo, o eso creo.
–Pues tampoco puedo adelantar nada. Sólamente que Jim es también un director superinteresante y que no tengo ningún inconveniente en colaborar con él.


McQueen, casi de culto
Londinense con antepasados afrocaribeños, ha dirigido «Hunger» y «Exodus» y es autor también del guión de esta cinta. En sus primeros trabajos, en blanco y negro, se dejan sentir las influencias de Warhol, de quien se declara admirador (ganó el prestigiso Turner en 1999). Laureado en festivales como Toronto o Sidney, con «Shame» obtuvo el Fipresci en la pasada edición de Venecia.


El detalle
CARRERA IMPARABLE

«MALDITOS BASTARDOS»
 Ni su físico ni su interpretación pasaron desapercibidos en este filme de Tarantino de 2009. Un año antes, pocos habían oído hablar del actor alemán.
«JANE EYRE»
Todoterreno, en este filme que dirige el japonés Fukunaga se pasa al lado romántico y, convertido en 2011 en el señor Rochester, enamora a Mia Wasikowska.
«PROMETHEUS»
Protagonizará este año la esperada cinta de ciencia-ficción de Ridley Scott, ambientada en este siglo y convertida en precuela de «Alien, el octavo pasajero».