Cataluña
ANÁLISIS: Un Govern con figuras de CDC UDC e independientes pero presidencialista
- ¿Qué importancia tiene que no haya la figura de un número dos en el Govern?
–Desde que Jordi Pujol recuperó en el año 2001 la figura de «conseller en cap» para promocionar a Artur Mas como su sucesor, el Gobierno de la Generalitat ha tenido la figura de un número dos. Cuando Pasqual Maragall fue investido president, designó a Carod-Rovira como «conseller en cap», quien duró poco (por el escándalo que generó su reunión con ETA) y fue relevado por Josep Bargalló. Luego, con José Montilla de president, Carod volvió a ser nombrado como número dos, en esta ocasión, como vicepresidente. Estas figuras acostumbran a tener un papel de coordinador del Govern y sustituyen al president en su ausencia. Por tanto, tienen una papel institucional relevante y un protagonismo político mayor que el de los consellers.
- ¿Qué consecuencias tiene un Govern sin un «conseller en cap»?
–De entrada, que el presidente de la Generalitat asume prácticamente todo el protagonismo de la acción política. Muchos consellers corren el riesgo de pasar inadvertidos de cara a la opinión pública porque se acaba imponiendo un estilo presidencialista.
- ¿Los consellers van a durar toda la legislatura?
–Muy probablemente, no. El porqué hay que buscarlo en el notable sentido táctico que ha guiado siempre la carrera de Artur Mas y de su círculo de confianza. El presidente de la Generalitat se querrá reservar la posibilidad de imprimir un cambio de ritmo a su Govern cuando le convenga. A buen seguro, habrá figuras del ámbito de Convergència que no entrarán en el Govern –algunas porque su prioridad es ganar en sus plazas en las elecciones municipales y la condición de alcalde es incompatible con la de conseller–, pero que pueden permanecer en el banquillo. Mas querrá usar su facultad de nombrar y destituir consellers para garantizarse la iniciativa y no tendrá la oposición de dos socios de gobiernos con quienes pactar.
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