Barcelona

El Palau Macaya recupera su esplendor

La Caixa presenta la nueva sede de su Obra Social. El edificio barcelonés quiere ser «estandarte» de los retos sociales, económicos y ecológicos

Isidro Fainé y Xavier Trias, ayer, en el interior del Palau Macaya
Isidro Fainé y Xavier Trias, ayer, en el interior del Palau Macayalarazon

BARCELONA- Tras permanecer un tiempo cerrado, el Palau Macaya vuelve a abrir sus puertas reconvertido en un centro académico dedicado al avance del conocimiento y la reflexión intelectual. El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, presentaron ayer la nueva imagen de una de las obras más emblemáticas de Puig i Cadafalch en Barcelona. El remodelado palacio modernista, bautizado como EspaiCaixa Palau Macaya, pasa a ser la nueva sede de la Obra Social de La Caixa.

 Fainé quiso subrayar la funcionalidad del edificio, que consideró como «estandarte del compromiso con la sostenibilidad económica, social y medioambiental» de la Fundación la Caixa. Por eso también se mostró esperanzado con que el Palau Macaya se convierta también en un referente intelectual para el mundo académico y profesional.

Contibuir al progreso
Con la idea de «contribuir al progreso de las personas», Fainé añadió que «queremos generar más valor a partir de la reflexión intelectual y el avance en el pensamiento».

La Casa Macaya ha estado siempre vinculada a la expansión de la Obra Social, ya que ha sido sucesivamente la sede del Instituto Educativo de Sordomudos y de Ciegos y del Centro Cultural de la Fundación La Caixa, precedente de los centros CosmoCaixa y CaixaForum.

En las renovadas instalaciones se busca crear colaboraciones y sinergias con todas aquellas instituciones y entidades centradas en el ámbito del pensamiento, las ciencias sociales, la conservación del medio ambiente y la búsqueda de la sostenibilidad. Para ello cuenta con más de 2.000 metros cuadrados repartidos en tres plantas, con la incorporación de salas polivalentes, aulas equipadas con tecnología informática, salas de actos para 140 personas, puntos de lectura y otros espacios.

El Palau Macaya llega a esta nueva etapa con más de cien años tras de sí, un testimonio en piedra de la Barcelona modernista que la vio construirse en 1898, cuando el industrial Roman Macaya encargó a Josep Puig i Cadafalch la construcción de una casa señorial para su familia. Tres años después, la gran mansión era una realidad, convirtiéndose en uno de los edificios más destacados del paseo Sant Joan,

La nueva sede de la Obra Social ha sido en ocasiones incluso comparada con otra de las grandes obras de Puig i Cadafalch, la Casa Amatller. Hay motivo porque el arquitecto compaginó en ese tiempo las dos obras, tal y como demuestra una escultura en uno de los capiteles de la llamada Casa Macaya. En ella, Eusebi Arnau cinceló un personaje con gorro de paja, marchando en bicicleta, inspirado en los continuos viajes que realizaba Puig i Cadafalch entre el paseo Sant Joan y el paseo de Gràcia para controlar el estado de las obras.

Este fin de semana se realizará una jornada de puertas abiertas para que los barceloneses puedan conocer de primera mano la recuperación del edificio. Tras ello, iniciará su andadura con su nueva e importante función social.

 

Compras y ventas
En 1914, el industrial Juan Vilella compró a la familia Macaya el edificio. La Guerra Civil y diferentes contratiem-pos dejaron huella en el inmueble, obligando a Vilella a venderlo a la Caixa de Pensions en 1947.