OPINIÓN: Huir del fracaso

En mi trabajo como «coach», encuentro que mis clientes tienen limitaciones auto-impuestas, «no soy capaz de…», creencias limitadoras «soy muy inútil para los números…» y así un sinfín de trabas que les impiden progresar, crecer como personas y ser más felices. Pero una limitación llama poderosamente la atención: el deseo exacerbado de huir del fracaso.
Las personas que la tienen actúan pensando más en lo que van a perder si fracasan, que en lo que van a ganar si triunfan. Por lo tanto, toman las decisiones que menos riesgos implican, aun a sabiendas de que el beneficio obtenido será pequeño, mientras que, con otra decisión, quizá un poco más arriesgada, conseguirían dar un paso adelante muy importante para lograr su objetivo y los beneficios serían sensiblemente mayores.
Huir del fracaso implica permitir al miedo que decida. En la vida se está constantemente tomando decisiones, y para estas personas, el miedo está siempre presente. El miedo frena la creatividad. El miedo al fracaso impide la innovación. «¿y si no funciona?». Y el miedo también dificulta el avance y el crecimiento, «¿para qué voy a hacer algo diferente, si luego igual no me vale absolutamente para nada?, más vale malo conocido…».
Plantearse un reto estimulante que obligue a esforzarse para conseguir vencer limitaciones, provoca que se crezca como persona y se evolucione hacia ser mejor, tener más recursos y conseguir dejar el miedo de lado. Buscar el éxito implica mirar positivamente la vida. Sin embargo, no hay que confundir un reto estimulante con un reto imprudente.