Diseño
«Cashmere» sólo para sibaritas
Esta lana obtenida de una cabra de Mongolia es la más codiciada del mundo y está sólo en manos de la firma italiana Loro Piana
Nos situamos en una región montañosa de Mongolia. Una cabra, denominada Hyrcus, acaba de nacer. Este pequeño animal jamás podría imaginarse que, cuando tenga entre tres y doce meses de vida, 80 gramos de fibra de su lana, la porción más fina que poseé (apenas 13 micrones), supondrán una de las piezas textiles más codiciadas. No en vano, junto a la lana de otras 18 pequeñas cabras como ella, el pelo de Hyrcus dará como resultado una de las prendas más lujosas que se conocen: un jersey de Baby Cashmire. La firma italiana Loro Piana es consciente de ello. «El ‘‘cashmere'' es una prenda muy especial. Es un tejido fino y suave, pero también muy fuerte. Es suave y duradero», afirma el presidente de la compañía, Pier Luigi Loro Piana a LA RAZÓN.
Comerciantes de origen
Seis generaciones de Loro Piana han llevado las riendas de la compañía desde comienzos del siglo XIX, cuando esta familia procedente de Trivero comenzó a comerciar con tejidos. El resultado, a día de hoy, es que la firma italiana es el mayor productor de ‘‘cashmere'' del mundo occidental. No en vano, ha establecido relaciones con el Gobierno chino para asegurarse las mejores materias primas, y ha convencido a pastores locales para que no desperdicien esta fibra, obtenida a través de un proceso por el cual el animal no sufre ningún daño.
Pero el ‘‘cashmere'' no es el único tejido que denota la excelencia de la marca.
Es el caso de la llamada fibra de flor de loto, una materia prima natural nunca antes utilizada en la industria textil occidental, y que ha sido extraída de los tallos de estas flores «sagradas» que crecen en los lagos de Birmania.
Este afán por la calidad ha provocado que la firma incrementara el pasado año su volumen de negocio un 17 por ciento con respecto a 2010. «Hay compañías con mayor crecimiento, pero sí que estamos entre las firmas con resultados más favorables. Hemos recolectado lo que llevamos sembrando desde hace años», dice su responsable.
¿Algunos ejemplos del catálogo primavera-verano? En moda masculina, el precio de una chaqueta de «baby cashmere» puede estar en torno a los 3.395 euros, mientras que la chaqueta de algodón «double brested» cuesta alrededor de 1.600 euros.
En cuanto a la línea femenina, el abrigo Martingala, de cashmere con el sistema storm-system incorporado, cuesta unos 2.990 euros; y el vestido «Linnie», ideal para «cocktails» y elaborado con seda china, está al orden de 1.400 euros.
«Nuestros clientes son profesionales de ingresos altos y muy comprometidos con su trabajo, pero a los que les gusta disfrutar de la vida. No es alguien que quiera sólo acumular dinero», afirma el presidente de la compañía.
EL LUJO QUE ESQUIVA LA CRISIS
Quizá en España nos resulte sorprendente el crecimiento de una firma de artículos de lujo. Pero en el resto del mundo no es así. «Al principio de la crisis, en 2009, también el mercado de lujo tuvo que replantearse su situación», apunta Loro Piana. «Pero para nosotros, el lujo significa calidad. Y tuvimos la percepción de que los clientes eran más cuidadosos a la hora de gastar su dinero. Buscaban esa calidad. Y tuvimos más confianza en nuestras filosofía y en encontrar nuevas oportunidades. Algunos países han salido de la crisis, otros están bajo vigilancia... Hay una mezcla. Y la idea de un buen producto es nuestro principal aval».
Por ello,no descartan abrir nuevas tiendas en nuestro país. «En los últimos años los consumidores españoles buscan la calidad. El consumidor español es sofisticado. La alta sociedad posee un alto grado de sofisticación».
La curiosidad
Al rescate de la fibra de los dioses
Loro Piana adquirió una propiedad de más de 2.500 hectáreas en Perú para crear una reserva privada. ¿Su utilidad? La conservación de la vicuña, un mamífero camélido considerado sagrado por los incas, propio del altiplano andino y que estuvo en peligro de extinción. A partir de los años 80, los hermanos Loro Piana «rescataron» a la especie mediante la reintroducción de su fibra –la «fibra de los dioses»–, la más delicada junto a la del cachemir, en el mercado.
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