Chile

«Héroes de Fukushima» Príncipe de Asturias de la Concordia 2011

La candidatura 'Héroes de Fukushima' ha sido galardonada este miércoles con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2011. Así, lo ha decidido el jurado del premio que comenzó las deliberaciones este martes en el Hotel Reconquista de Oviedo.

De esta forma, la candidatura que reconoce a las personas que trabajaron en la central nuclear tras el tsunami de Japón se ha impuesto a la otra finalista, la de la Jornada Mundial de la Juventud.

Según la Fundación, este grupo de personas representa los valores más elevados de la condición humana, al tratar de evitar con su sacrificio que el desastre nuclear provocado por el tsunami que asoló Japón multiplicara sus efectos devastadores, olvidando las graves consecuencias que esta decisión tendría sobre sus vidas. Su valeroso y ejemplar comportamiento los ha hecho merecedores del calificativo internacional de 'héroes de Fukushima'.

Esta candidatura ha sido propuesta por Josep Piqué i Camps, presidente de la Fundación Consejo España Japón (Madrid). Apoyada, entre otros, por Miguel Angel Navarro, embajador de España en Japón; Fernando Salazar, vicepresidente del Instituto Español de Comercio Exterior; Juan José Herrera, director general de Casa Asia; Daniel Hernández, rector de la Universidad de Salamanca, y Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid.

Como consecuencia del terremoto y posterior maremoto que tuvo lugar en el noreste de Japón el 11 de marzo de 2011 y que causó en torno a 28.000 muertos y 350.000 desplazados, la central nuclear de Fukushima sufrió graves daños, que provocaron explosiones de hidrógeno y la fusión del combustible nuclear, provocando además varios muertos y heridos por radiación entre los operarios de la central.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica y el Gobierno japonés situaron los niveles de alerta iniciales entre el 5 y el 6, en una escala de 7, y finalmente en el 7, al igual que tras el accidente de Chernóbil.

GRAN ESFUERZO

A pesar de la gran incertidumbre sobre el desarrollo de la emergencia nuclear, los distintos colectivos que trabajaron durante semanas en Fukushima lo hicieron en condiciones extremas (elevada radiación, continuas rotaciones y pocas horas de descanso, limitaciones en la alimentación y en el suministro de agua potable).

Por ello, muchos trabajadores desarrollaron patologías crónicas como arritmia e hiperventilación. A pesar de estas graves consecuencias, continuaron participando en las labores para recobrar el control de la central nuclear, conscientes de lo imprescindible de su trabajo para evitar una catástrofe de magnitudes mayores.

El comportamiento de estas personas ha encarnado también los valores más arraigados en la sociedad japonesa, como son el sentido del deber, el sacrificio personal y familiar en aras del bien común, la dignidad ante la adversidad, la humildad, la generosidad y la valentía.

ÚLTIMO DE LOS OCHO PREMIOS

En esta edición concurrían un total de 44 candidaturas procedentes de Argelia, Argentina, Costa Rica, Cuba, Chile, Egipto, Estados Unidos, Francia, India, Israel, Italia, Japón, México, Noruega, Palestina, Perú, Ruanda, Túnez, Zimbabue y España.

Este ha sido el último de los ocho Premios Príncipe de Asturias concedidos este año, en que cumplen su trigésimo primera edición. Anteriormente, fueron otorgados el Premio Príncipe de Asturias de las Artes al maestro italiano Riccardo Muti, el de Ciencias Sociales al psicólogo estadounidense Howard Gardner, el de Comunicación y Humanidades a la institución británica The Royal Society, el Premio de Investigación Científica y Técnica a los neurocientíficos Joseph Altman, Arturo Alvarez-Buylla y Giacomo Rizzolatti, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Leonard Cohen, el de Cooperación Internacional a Bill Drayton, fundador y presidente de Ashoka, y el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, concedido a Haile Gebrselassie.

Cada uno de los Premios Príncipe de Asturias, concedidos por primera vez en 1981, está dotado con cincuenta mil euros, la escultura creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones, un diploma y una insignia acreditativos. Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo, en un solemne acto presidido por S.A.R. el Príncipe de Asturias.