Crisis del PSOE

Rubalcaba se reinventa y se lanza a reconquistar la izquierda

Se presenta ante el PSOE con un discurso reformista, sin alusiones al PP y con guiños al 15-M

Rubalcaba: los bancos deberán dar parte de sus beneficios para crear empleo
Rubalcaba: los bancos deberán dar parte de sus beneficios para crear empleolarazon

No fue un discurso de partido ni un mitin al uso, en ocasiones pareció una charla íntima, una reflexión de país en voz alta. No hubo descalificaciones ni griteríos, ni embestidas al adversario… Por no haber no hubo ni confetis para proclamar a un candidato que vira el rumbo, se lanza a la reconquista de la izquierda y se reinventa a sí mismo. Verán, Rubalcaba ya no va de hombre duro, ni de poli malo, ni de rival implacable…, ahora va de candidato reflexivo, de reformista, de responsable, de renovador, de regenerador, de racional, de receptivo, de respetuoso, de receptivo… ¿Le reconocen? Ésa es la clave. El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno debutó ayer con un parlamento que inyectó aire fresco en la diezmada militancia socialista. Y no es poco, pero falta saber si es suficiente y, sobre todo, si es creíble viniendo de alguien que ha estado pegado a Zapatero en los últimos siete años y en la melé de todas las decisiones de un Gobierno al que los españoles ya no conceden el mínimo crédito.

Él se empeña en recuperarlo con un nuevo guión para el PSOE, una hoja de ruta que recupere las esencias de la izquierda, conecte con los perjudicados de la crisis económica, cargue contra la banca, apueste por más y mejor educación y sanidad pública, construya una democracia más abierta y tenga como norma de obligado cumplimiento la austeridad pública y privada. El nuevo estilo Rubalcaba es más pedagógico que político; más argumental que de titulares hechos; más sereno que crispado; más estudiado que improvisado… Es otro estilo, inédito en el Rubalcaba hasta ahora conocido. Pero ya saben, en el PSOE dicen que su candidato siempre fue el hombre de las mil caras. Y la de ayer era la 1.001, quizá la que demanda ahora la coyuntura. Su discurso fue un alarde de equilibrio y audacia, bien armado, medido en la forma y en el fondo y eficaz, al menos, para los cuadros de su partido. Sabe que tiene por delante una tarea titánica para recuperar el terreno perdido y, aunque no hay duda de que sabrá manejarse en la nueva travesía, todo lo demás es una incógnita, sobre todo, logrará, como se propone, hacer creíble ese proyecto que ayer hizo girar sobre cuatro grandes objetivos: crear empleo sin esperar a la recuperación; construir una economía sana y competitiva; fortalecer la igualdad de oportunidades, y mejorar la democracia. Y todo sin hacer una enmienda a la totalidad a lo hecho hasta ahora por el Gobierno socialista («Apostaremos por los cambios sin renunciar a nuestros principios»).

Su actuación, dijo, se ajustará a dos reglas esenciales: ambición en las aspiraciones y realismo en las soluciones («Jamás me comprometeré con nada que no sea capaz de cumplir»). Y de momento anuncia una vía rápida para crear empleo sin esperar a que la recuperación se complete: pedir a bancos y cajas de ahorros que destinen una parte de sus beneficios a la creación de empleo joven. También propone acabar definitivamente con los paraísos fiscales («No creo que el mundo pueda sobrevivir mucho más con tanta indignidad»), imponer una tasa sobre las transacciones financieras y crear una agencia de rating propia, así como bonos de la UE. Y además quiere incentivar el contrato a tiempo parcial y en un pacto compartido entre «trabajadores y empresarios para que los beneficios sean compartidos». En materia fiscal aboga por una política redistributiva que busca la simpatía del movimiento 15-M y a la vez obligará al PSOE a rectificar algunas decisiones, como por ejemplo la eliminación del impuesto de Patrimonio. «Volveremos a ponerlo, aunque modificándolo para que no afecte de lleno a la clase media sino a los grandes patrimonios», dijo. Antes, anunció que hay que terminar con la reestructuración del sistema financiero y en este punto advirtió que si al final es necesario que el Estado aporte capital para sanear alguna caja de ahorros, deberá entrar en su consejo de administración para controlar el destino del dinero

La parte final del discurso la dedicó a la mejora de la calidad democrática. En un nuevo guiño al 15-M, apostó por una reforma de la ley electoral al modelo alemán que concretará en la conferencia políitca del PSOE y por que el Estado asuma nuevas competencias sobre los planes de urbanismo. Así fue como Rubalcaba escribió la primera página del postzapaterismo.


Un discurso muy contestado
- LA BANCA
«Hay que generar confianza» La patronal de la banca dijo a Rubalcaba que si quiere crear empleo juvenil debe lograr un «crecimiento de la economía fuerte y sostenido»con programas «que generen confianza».
- CiU
«Resta credibilidad» Duran Lleida lamentó el «populismo desesperante» del candidato socialista, ya que vende «humo» para ganar votos de la izquierda.
- PP
«No tiene ninguna solución» Javier Arenas, presidente del PP andaluz, aseguró que Rubalcaba «representa el pasado del PSOE, el felipista y el de Zapatero» y que «es imposible conquistar el futuro desde el pasado».
- IU
«Se disfraza de izquierda» Gaspar Llamazares declaró que el candidato ha pasado en 24 horas «de la política de mercado del Gobierno» a una moción de censura a José Luis Rodríguez Zapatero por «incumplimiento».