Badajoz
Ignacio Morgado: «Los toros no embisten al rojo los colores no existen»
Profesión: catedrático de Psicobiología. Nació: en 1951, en San Vicente de Alcántara (Badajoz). Por qué está aquí: por su libro «Cómo percibimos el mundo» (Ariel).
–«Cómo percibimos el mundo». Eso, ¿cómo lo percibimos?
–Como nuestro cerebro puede.
–¿Es más lo que no percibimos que lo que percibimos?
–Probablemente. El cerebro presta sobre todo atención a la novedad y a lo útil para sobrevivir. Es limitado. Y, además, tenga en cuenta que tratamos de entender el cerebro desde otro cerebro.
–¿Diría que el mundo que percibimos tiene poco que ver con el real?
–¿Y qué es el mundo real? Sólo lo que el cerebro es capaz de percibir.
–Alguien me dijo una vez que el cerebro nos engaña...
–En todo caso, el cerebro se engaña a sí mismo. No es perfecto.
–Los colores no existen. ¿Los toros no embisten al rojo?
–No. No lo perciben. Reaccionan al movimiento del capote o la muleta.
–¿Se atrevería a decirle a Velázquez que los colores no existen, que son una creación del cerebro merced a las ondas electromagnéticas?
–No me atrevería. No existen fuera, pero existen en nuestra mente. Sería peor al revés, que existieran fuera y no pudiéramos percibirlos.
–¿Qué sentido le dolería más perder?
–La vista. Es el que más llena de contenido nuestra mente.
–Por cierto, ¿en qué mente le gustaría husmear?
–En la de Ramón y Cajal. Quisiera sentir cómo percibía él el mundo.
–¿El cerebro necesita creer en algo, necesita la fe?
–Parece que sí. Se resiste a creer que todo acaba con la muerte. La ciencia no ha podido sustituir el aporte de las religiones.
–¿Ha visto por ahí el alma?
–No. El alma no es cuestión de la ciencia, sino de los teólogos.
–¿Cómo perciben el mundo los políticos?
–De forma diferente. Parece que a muchos, no a todos, sólo les preocupa el poder. El cerebro tiende de forma natural al egoísmo.
–¿La evolución nos va haciendo más inteligentes o...?
–La selección natural nos lleva a adaptarnos mejor a la realidad cambiante que vivimos. Probablemente perderemos habilidades.
–¿Por ejemplo?
–Escribir a mano. Pero ganaremos otras. Saber si seremos o no más listos nos llevará millones de años. Ahora somos como los griegos y los romanos.
–Ya, pero no veo a Aristóteles ni a Marco Aurelio...
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