Cádiz
Limpieza textil ecológica con jabón biodegradable
Marisa Viquez, joven emprendedora gaditana, es la propietaria de la tintorería Centroclean, que acaba de abrir sus puertas en el casco histórico de Cádiz. Al ser respetuosa con el medio ambiente, no necesita permisos ni licencias especiales y además convence al usuario, que vela cada vez más por la sostenibilidad
Emprender un negocio no es fácil en este momento, pero hay quien se lanza. Hacerlo sostenible es posible que sea la única opción. Es la experiencia de Marisa Viquez, joven emprendedora gaditana que «desde siempre tenía claro que quería tener mi propio negocio». Ahora es la propietaria de la tintorería Centroclean, que acaba de abrir sus puertas en el casco histórico de Cádiz, y que se define como «limpieza textil ecológica».
No es que Viquez tuviera vocación de tintorera, pero «desde hacía tiempo había detectado que en esta zona de la ciudad había una necesidad de tintorerías porque sólo había una».
En esta tintorería no se limpia en seco, sino con el sistema «Wet Cleaning», es decir limpieza en húmedo, un método que no emplea disolventes como el percloretileno, y que es lo que ha permitido a Viquez abrir las puertas de su negocio: «Abrir hoy una tintorería convencional en seco en el centro de una ciudad es imposible. Hacen falta unos permisos y licencias especiales, además de contratar un gestor especializado de los residuos». Esto es así porque el percloretileno, producto básico en tintorería en seco, está clasificado como contaminante peligroso para la salud, se necesita un registro como industria potencialmente productora de compuestos orgánicos volátiles y sus residuos requieren una gestión específica porque son peligrosos para el medio acuático.
Cómo se lava la ropa
¿Solución? Buscar alternativas. Y las había: «El sistema ‘‘Wet Cleaning"es muy novedoso en España. Sólo se usa agua y jabones biodegradable, no hay olores, ni residuos, ni problemas de salud para los trabajadores ni posible contaminación del aire ni del agua. No hay nada de eso», asegura la dueña de la tintorería.
Llama la atención cuando explica que en su máquina «de fabricación española, las prendas se lavan como a mano, como lavaríamos en casa la ropa delicada, pero con la fuerza y la constancia de una lavadora. Tiene un microprocesador con el que se programan los ciclos adecuados para cada tipo de limpieza y de tejido, y lava con agua y con vapor de agua». La diferencia entre «lavarla en casa y aquí –prosigue– es que se usan unos productos y unos programas concretos, que evitan los encogimientos y los destrozos de ropa».
Víquez, que se dedica profesionalmente a la hostelería, ha creado un puesto de trabajo para la atención diaria de la tintorería, y cuenta que «como no conocía nada de este mundo, he tenido que hacer todo un aprendizaje. Las dos hemos tenido que formarnos y aprender a anticiparnos a los problemas que puedan surgir, porque hay muchos tipos de tejidos. Así que hemos estudiado hasta química».
En el poco tiempo que llevan con las puertas abiertas han detectado dos cosas: «Que la gente un poco más mayor recela un poco de los resultados, porque están muy acostumbrados a lo otro. Y que, sin embargo, sí que hay un porcentaje de la población para la que el hecho de que sea un sistema respetuoso con el medio ambiente y sin uso de productos contaminantes es atractivo y les gusta», concluye.
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