Bruselas
El mercado acorrala a España tras la dimisión de Berlusconi
La prima de riesgo bate récords y se acerca, con 432 puntos básicos, a la «línea roja» del rescate. Las bolsas caen y el Ibex pierde el 2,15%
Da igual lo que hagan los políticos. La dictadura del mercado siempre quiere más y cada vez es más consciente de su gran poder en esta interminable crisis del euro. Tras provocar la salida de Silvio Berlusconi del Ejecutivo transalpino, el efecto del relevo de «Il Cavaliere» en favor de Mario Monti no parece suficiente para paliar el ataque y las compras de deuda del BCE no lograron aplacar la oleada vendedora de bonos periféricos. Las primas de riesgo se dispararon y los índices de la renta variable europea cayeron sin compasión en un movimiento de presión para los países del euro. Los cambios en los gobiernos no bastan, hacen falta medidas de calado.
El paquete de la banca
Lo que está pasando en el mercado parece sencillo de entender, pero es inmensamente difícil de solucionar. Los bancos tienen un paquete inmenso de deuda soberana con cada vez menores expectativas de ser recuperada, ya que la presión generada por los inversores promete ahogar la financiación de los estados con diferenciales cada vez más altos en las subastas realizadas en el primario. El mercado juega con la posibilidad de que los países no puedan pagar, por lo que la única salida que le queda al sector financiero es intentar colocar el papel en el secundario para reducir su exposición a las quitas y evitar el impacto de una hipotética quiebra. El problema aparece cuando la oferta supera a la demanda y el interés de los bonos crece.
La deuda soberana es un caramelo para especuladores y «hedge funds», los verdaderos triunfadores de la crisis, ya que cada vez que el papel pasa de manos el interés cambia. Las condiciones pactadas con los estados en las subastas desaparecen y los bonos se convierten en productos cotizados cuyo rendimiento puede llegar a duplicar –y en algunos casos hasta triplicar– el ofrecido por el estado en el primario.
En mitad de este juego de peligrosas consecuencias para la moneda única, la prima de riesgo de España creció ayer un 7,88%, hasta los 432 puntos básicos –nuevo récord desde la entrada en el euro–, afectada por el incremento del interés del bono español (6,106%) y la reducción del rendimiento del «bund» germano (1,781%). Italia también sufrió y su diferencial respecto a Alemania creció hasta los 492 puntos, con el cupón de su deuda a diez años en el 6,70%.
La amenaza del mercado también promete causarle problemas a Francia, que vio cómo su prima de riesgo se elevaba hasta los 164 puntos. En el caso de la economía francesa, el principal «miedo» de los inversores reside en el futuro de su sector financiero, comprador activo en las subastas de deuda de los periféricos y muy expuesto a Grecia, Italia y España. La renta fija, antaño considerada una inversión segura, le puede dar la espalda a la banca gala y el Estado francés empieza a hacer números sobre el coste de un hipotético rescate de sus bancos ante la quita o el «default» de nuevos países.
Italia y España, especialmente la primera, se acercan peligrosamente a la llamada «zona de rescate». Portugal, último país rescatado, recibió ayuda de la UE con una prima de riesgo de 517,6 puntos básicos, pero la sensación dominante es que los rescates se producen cada vez antes. Grecia, el «conejillo de Indias», tuvo que apurar hasta los 965 puntos para motivar el movimiento de la UE y el FMI, e Irlanda, el segundo, hasta los 544.
El conflicto actual se produce porque Italia y España son dos economías demasiado grandes para ser rescatadas («too big to fail»), y actualmente no hay capital suficiente en la UE y el FMI que financie ayudas a estos dos países. El fondo de rescate europeo (FSEF, por sus siglas en inglés) tendría que ser ampliado una vez más. Desde Bruselas no saben qué camino tomar y la incertidumbre es muy alta. No existe consenso y actualmente hay diecisiete posturas distintas en la eurozona.
La canciller alemana, Angela Merkel, no ayudó ayer a los mercados, ya que defendió ante su partido la necesidad de ayudar a los socios de la UE, «porque sus problemas son los nuestros», aunque sin dejar su apuesta por las sanciones automáticas a quienes no se ciñan a la disciplina ni abrir la puerta a la emisión de eurobonos, según Efe.
En este escenario, España se enfrenta hoy al mercado con una subasta de Letras a doce y dieciocho meses con el mal precedente de Italia, que ayer tuvo que pagar mucho más de lo esperado para colocar bonos a cinco años. El jueves, el Tesoro vivirá una nueva prueba de fuego con una emisión de obligaciones a diez años y cerrará así las dos últimas operaciones de colocación en el primario de la legislatura socialista en vísperas del 20-N.
En la renta variable, la mayoría de las bolsas europeas comenzó a adentrarse en el terreno negativo tras la subasta de deuda en Italia y los resultados de Unicredito, el mayor banco italiano, que perdió 10.641 millones de euros en el tercer trimestre y tendrá que ampliar capital en 7.500 millones. El Ibex cayó un 2,15%, mientras que el Ftse MIB milanés se dejó un 1,99%. El Dax de Fráncfort también terminó la sesión con pérdidas del 1,19 %, y el Ftse 100 de Londres retrocedió un 0,47%. El PSI-20 de Lisboa, cerró con una caída del 0,60%.
En las primeras posiciones bajistas del viejo continente se situaron los bancos, especialmente los españoles. BBVA recortó un 3,24% y Santander perdió un 2,7%, mientras que a nivel europeo las entidades más perjudicadas fueron las italianas y las francesas.
El BCE compra más deuda
El BCE prosigue con su plan de compra de deuda soberana para aliviar la presión sobre España e Italia. La pasada semana, el organismo que dirige Mario Draghi se hizo con bonos por valor de 4.478 millones en el mercado secundario, según informó ayer. Diversos operadores apuntan a que el BCE volvió a adquirir deuda italiana para frenar la escalada de la rentabilidad de su bono a diez años, que ayer alcanzó el 6,7%, muy cerca del 7% que se considera límite para financiarse.
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