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López Obrador no es Chávez pero tampoco Lula

Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la izquierda mexicana en las elecciones del 1 de julio, es el único que puede impedir la vuelta del PRI a la presidencia de México. Retratado en muchas ocasiones como un líder populista de discurso agresivo, su personalidad es objeto de escrutinio como no sucede con ningún otro de los aspirantes.

López Obrador no es Chávez pero tampoco Lula
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Andrés Manuel López Obrador perdió las elecciones presidenciales de 2006 por un estrecho margen. Dijo entonces que los poderes fácticos le habían robado la presidencia para entregársela a su rival Felipe Calderón, del derechista PAN. AMLO, como se le conoce en México, no acató el resultado de las urnas y llevó su protesta a las calles durante varias semanas en un inquietante acto de desafío.

Los últimos sondeos señalan un progresivo acercamiento de López Obrador al favorito, el priísta Enrique Peña Nieto, aunque todavía existe una holgada diferencia entre ambos que supera los seis puntos en el mejor de los casos para el izquierdista. Las encuestas indican que "nos iríamos a un escenario en donde estaríamos en un casi virtual empate entre Peña Nieto y López Obrador", aseguraba la fundadora de la empresa mexicana Demotecnia, Ana Cristina Covarrubias, hace diez días.

Para sus detractores más airados, López Obrador es un político mesiánico y populista, más parecido a Hugo Chávez que al ex presidente de Brasil Lula da Silva. El historiador mexicano Enrique Krauze le bautizó como "el mesías tropical". Krauze considera que el problema de AMLO no es su programa de izquierdas, "en algunos puntos tan necesario en México", sino la propia personalidad del candidato y la deriva autoritaria que pudiera tomar si llega a la presidencia del país.

"Nacionalista y pre moderno" Con un pasado ligado al PRI, López Obrador, de 58 años, fue alcalde de México DF entre 2000 y 2006. Algunas encuestas dicen que los electores le ven con experiencia y le consideran honesto, aunque también piensan que tiene una edad avanzada comparada con la de Peña Nieto (45). Se considera así mismo un epígono de algunos dirigentes insignes mexicanos, como José María Morelos y Pavón, Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, quien recuperó el petróleo para el país y a quien considera el mejor presidente de la historia de México.

León Krauze, hijo del eminente historiador y fundador de "Letras Libres", le lleva la contraria al padre. "A mí ya no me interesa la personalidad de AMLO. Me interesa su programa de gobierno. Y ese programa de gobierno me remite mucho más a la izquierda argentina que a Brasil y Chile. Es populista, nacionalista, pre-moderno. Tiene muy poco que ver con la izquierda creativa y ambiciosa -en el mejor sentido- de Lula. Es de otros tiempos. A muchos votantes, este estilo les parece deseable y atractivo. A mí no".

Roy Campos, director de la encuestadora mexicana Consulta Mitofsky, saca López Obrador de los extremos: "No creo que represente a esa izquierda moderna pero tampoco se le puede acusar de ser un mesiánico o irresponsable. Su gobierno en el DF tenía a sus habitantes contentos y aun hoy es su principal bastión de apoyo, tal vez la mejor definición sería la de un luchador social".

López Obrador dio comienzo a su campaña electoral lanzado la propuesta de "la República del amor". Rebajó el tono habitualmente áspero de su discurso y prometió un "cambio responsable y tranquilo". A medida que se acercan las fechas al 1 de julio, sus palabras han tomado otro cariz y tras el primer debate televisivo entre los candidatos volvió a insinuar que habrá fraude para perjudicarle.

Obrador ha asegurado que acatará el resultado de las elecciones. Un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) ha asegurado que el discurso del político mexicano ha evolucionado hacia posturas más moderadas. No habría que pensar, añade, que AMLO implantará barreras al libre comercio, por poner un ejemplo. Un diplomático mexicano que le conoce bien explica a este periódico que no cabría pensar en una deriva autoritaria al estilo del caudillo venezolano Hugo Chávez, principalmenteporque "el uso de la fuerza no entra en la lógica de López Obrador".

"Austeridad republicana" En su programa promete "austeridad republicana"metiendo la tijera en el salario de los funcionarios y en otros gastos de la administración. En política exterior, asegura que mantendrá buenas relaciones con EE UU. También ha anunciado que si gana, su equipo estará formado por intelectuales como la escritora Elena Poniatowska para la cartera de Cultura y referentes del partido como Marcelo Ebrad (secretario de Gobernación) y Cuahtémoc Cárdenas, al frente de la petrolera Pemex.

Cuando era alcalde de México DF, tenía por costumbre convocar diariamente a los periodistas en rueda de prensa recién había amanecido. En su biografía oficial colgada en su página web oficial, se recuerdan sus modos como alcalde. "Trabaja diariamente desde las seis de la mañana, como ningún otro gobernante, enarbola la defensa del pueblo ante intereses creados y el abuso de poder, practica una austeridad republicana en lo personal y en el ejercicio de gobierno y habla y actúa con sencillez", dice

López Obrador comenzó la campaña para la presidencia en tercer lugar. Las protestas de los universitarios contra Peña Nieto y el PRI le han ayudado a mejorar las expectativas de voto. En sus discursos asegura que busca un gobierno de reconciliación nacional, alejado de la corrupción y se ve como el único líder capaz de sacar adelante al país de la "crisis moral"que padece. AMLO ha acuñado la frase "Por el bien de todos, primero los pobres", que utiliza en muchos mítines de campaña.

"Un caudillo natural" Enrique Krauze destaca entre sus cualidades una gran vocación social: "No es corrupto, es limpio, ama a México, se preocupa por la gente pobre. Todas esas cosas son muy respetables", pero insiste en que López Obrador "sigue creyendo en sí mismo como ser providencial". Y lo que México necesita, añade Krauze, "son líderes democráticos y modernos, no redentores". El analista político Sabino Bastidas asegura que lejos de la visión de "loco furioso que va a derrumbarlo todo", AMLO es un candidato "muy hábil e inteligente". Reconoce que "tiene dosis de populismo, como todos los líderes de América Latina".

El escritor mexicano René Avilés Fabila describe a Obrador como “un caudillo natural y afortunado”que le debe su carrera a “su agresividad y violencia y a la fortuna del apoyo que Cuauhtémoc Cárdenas”. Y añade: “Es un hombres de larga ignorancia, de ideas vagas, audaces e imposibles de cumplir. Un falso izquierdista rodeado por izquierdistas ilusorios”.