Cataluña

Doble juego con el español

CiU defiende ahora el bilingüismo tras imponer el catalán en la vida pública

Doble juego con el español
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BARCELONA- «El camino que Cataluña se dispone a seguir estará lleno de obstáculos. Habrá difamaciones, provocaciones y amenazas de todo tipo. Se dirá que Cataluña va hacia el precipicio y se intentará utilizar la lengua y el origen geográfico de las personas para enfrentarlas entre ellos. Los que tengan esta tentación harían bien en recordar que el castellano también es patrimonio de Cataluña, como el catalán lo debería ser de España, y, además, un patrimonio querido». Artur Mas defendió, en su intervención inaugural del debate de política general, el bilingüismo real de Cataluña, el que se da en el patio de los colegios pero no en las aulas. Ayer fue el presidente de honor del partido, Jordi Pujol, quien destacó el «peso y el papel» que tendría el castellano en un hipotético estado propio.

CiU, en el camino que ha tomado, se afana por declarar una Cataluña con dos idiomas oficiales, aunque a lo largo de toda la legislatura ha estado poniendo trabas al español. La educación es el campo más paradigmático. Los formularios de preinscripción siguen sin incluir la casilla para que los padres que quieran una educación en español para sus hijos puedan pedirlo. Por eso, aunque muchas familias –más de 500– han emprendido un vía crucis legal para poder ejercer sus derechos constitucionales, otras no lo solicitan. Así se explica que la Generalitat niegue conflicto lingüístico en las aulas amparándose en que este curso apenas doce familias han hecho la petición explícita.

Durante esta breve IX Legislatura, la conselleria de Enseñanza ha hecho caso omiso a las sentencias del Tribunal Supremo que obligan a que el castellano sea también lengua vehicular en las aulas. La titular, Irene Rigau, llegó a decir que estaba dispuesta a inmolarse políticamente antes que dar un paso atrás en la aplicación de la Ley de Educación.

Otra prueba del acoso al castellano son las conocidas multas lingüísticas, que no se han frenado durante el mandado de Mas. Sólo el pasado año, la Generalitat recaudó 176.000 euros por los 226 comercios que no rotulan en catalán. Donde tuvieron que retirar las multas fue en la Ley del Cine cuando el sector –especialmente las «majors»– amenazó con no estrenar sus filmes de Cataluña.

La última polémica no tiene ni dos meses. Cuando el presidente del CoNCA, Carles Duarte, planteó en agosto que «debería ser posible» que un autor catalán que tenga el castellano como lengua literaria pudiera ganar el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat, fue el propio ex president Pujol quien rechazó de plano la iniciativa.

No extraña entonces que el PP haya acusado a CiU en este debate de política general de «usar el castellano sólo cuando llegan elecciones», aseguró ayer el portavoz adjunto, Santiago Rodríguez. Hoy, de hecho, empieza a andar la plataforma «Catalunya, tal qual» creada por diversas asociaciones que defienden el bilingüismo y contará con el apoyo de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho.