Tarragona
Ecofamilias: usan lámparas solares reutilizan agua y congelan la comida sobrante
Cinco familias han sido premiadas por Unilever por ser los «hogares más sostenibles de España». Todas compartirán sus trucos y consejos en el canal de Youtube de la compañía para mostrar que, con pequeños gestos diarios, si se quiere se puede minimizar nuestra huella medioambiental
Reutilizar el agua de un acuario para regar las plantas, congelar la comida que no se haya acabado para otro día, reciclar todo tipo de envases o utilizar una lámpara de bajo consumo son prácticas que minimizan el impacto medioambiental y, por ello, merecen ser premiadas. Y es que vivir de forma sostenible no requiere un cambio radical del propio estilo de vida. Se trata de algo mucho más sencillo; de respeto, aderezado con un poco de imaginación y voluntad.
El grado de implicación depende de las posibilidades de cada uno; lo importante es que cada gesto marca una diferencia. «Hay que cambiar la fórmula manida del consumo (bueno, bonito y barato) por otra basada en lo justo, sano y ético», explica Patricia Midori, empleada del departamento de Marketing de Port Aventura y empedernida ecologista. «Cuando hablamos de sostenibilidad, hablamos, sobre todo, de solidaridad», afirma. Patricia y su pareja, Andrés Lechuga, han sido seleccionado, junto a otras cuatro familias, como los propietarios de los «hogares más sostenibles» de España por Unilever. La multinacional realizó un estudio del ciclo de vida de sus productos y, tras comprobar que el 65 por ciento de las emisiones se producían durante el consumo, decidió emprender esta iniciativa para concienciar a las familias en temas de desechado y reciclado.
La familia Midori resalta el consejo más sencillo de aplicar de entre los numerosos que siguen en casa: abrir la nevera sólo el tiempo necesario. También la elección de electrodomésticos es importante, los de categoría A consumen hasta un 30 por ciento menos que los G.
En cuanto a la calefacción, su principal estrategia es usar una estufa de leña, que proviene de la poda de olivos y almendros de la zona. Tienen, además, un radiador eléctrico programado para encenderse sólo por la noche y dos calefactores para encendidos puntuales. De 2010 a 2011 han conseguido un ahorro del 31 por ciento de gasto y han pasado de 926 euros en enero de 2009 a 521 en 2011 (en ambos casos se ha sumado el gasto en leña, parafina y electricidad). Otra de las medidas que aplican es la destilación de agua. Su destiladora a vapor, de 3,8 litros, produce agua tratada a 0,10 euros el litro (sumando el coste del agua del grifo a 0,002 y el coste de la energía a 0,10 euros). De esta manera elimina los gastos del agua embotellada y las emisiones vinculadas a los envases.
Cultivan su propio huerto en su casa de Vallmoll (Tarragona) y riegan con agua de lluvia almacenada. Crían gallinas que les proveen de huevos ecológico y tienen reguladas las llaves de paso del agua para que la presión del suministro sea el necesario. Las cervezas y yogures se almacenan individualmente en la nevera para evitar que al abrirla se pierda tiempo y así frío.
«Procuramos hacer todo lo que podemos», asegura María del Mar Picó, auxiliar de enfermería, también ganadora del concurso. Junto a su marido y sus hijos reciclan todos los envases que consumen y tienen interiorizados otros hábitos, como apagar siempre las luces para reducir el consumo de energía y minimizar el impacto medioambiental. Cuentan, por ejemplo, con acumuladores de calor en su hogar de Gijón y tienen contratada una tarifa reducida de electricidad que les obliga a planchar o poner lavadoras, entre otros quehaceres, entre las 22:00 y las 12:00 horas. A sus hijos, explica María del Mar, «les inculcamos que es importante conservar la cosas».
Cambiar el paradigma
La familia Cordero-García también busca la sostenibilidad en su casa de Madrid. Algo tan evidente como congelar el excedente de comida parece que todavía nos cuesta a los europeos. Esta misma semana, el científico sueco Jan Lundqvist, del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, afirmaba en una entrevista a Efe: «Un tercio de la comida que compran los europeos va a la basura, a pesar de que el 60 por ciento está en buen estado». Es decir, 90 millones de toneladas de comida cada año. «Además, la producción de alimentos es la responsable del 20 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero». Cambiar el agua de la pecera para los López-Vaquero supone reutilizar los 10 litros de agua cada dos semanas para regar las plantas. La familia Puertas, más pragmática, se divide la tarea de separar los envases.
Estos trucos cotidianos podrán verse en el canal de Youtube de Unilever. ¿Para qué comprar pilas nuevas constantemente si se pueden recargar? Es una pregunta que también se planteó Daniel Aparicio, bombero de Aena. En su domicilio de Barcelona, Daniel, además de reutilizar las baterías, se sirve de una lámpara de LED que recarga con energía solar para leer.
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