FC Barcelona

Sevilla

También sufren

La Razón
La RazónLa Razón

Los partidos del final de Liga se caracterizan por los sobresaltos. El Madrid los tuvo en Zaragoza, Mallorca y en el Bernabéu frente a Osasuna. El Barcelona los padeció contra Espanyol y Xerez y, sobre todo, en Sevilla. Los dos han acabado resolviendo, con angustia, algunas de las peores tardes. En un campeonato en que las diferencias de puntuación han sido humillantes para los dieciocho restantes equipos, los grandes han tenido que sufrir. Nadie esperaba que el Athletic le pusiera las peras al cuarto al Madrid. Y menos aún que le empatara en jugada magistral de Yeste. Era impensable que el Barça, que ganaba por tres goles, y había podido marcar un mínimo de tres más, tuviera que pasar apuros y acabara pidiendo la hora. Los partidos de este tipo terminan creando estériles polémicas por penaltis no pitados como los que se estima que les hicieron a Pedro y Kanouté. Si el resultado final es el que se sospecha, con permiso del Valladolid de Javier Clemente que irá al Camp Nou a morir matando, y el del Málaga que tampoco bajará los brazos ante el Madrid porque le va la Primera en ello, habrá que hacer un serio acto de contrición y atribuir los méritos de campeón y subcampeón a lo sucedido a lo largo del torneo.El Barça ha jugado mejor que el Madrid, aunque a mí siempre me ha parecido que los triunfos madridistas también eran meritorios. La diferencia fundamental ha estado en el hecho de que el Barça le ha ganado los dos partidos al Madrid. Y con autoridad, en el Bernabéu.