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KO y OK

La Razón
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La columna Lex de «The Financial Times» afirmó esta semana que los países de la península ibérica son tan opuestos económicamente que el resultado es el siguiente: Portugal, K.O., España, O.K. El Gobierno habrá saltado de alegría: después de todo, no hace otra cosa que decir lo mismo. El diferencial de las respectivas deudas es favorable a nuestro país, como lo es el crecimiento, débil a un lado de la frontera y negativo al otro. Pero también son claros los riesgos en España, desde el saneamiento financiero (Portugal no padeció nuestra burbuja inmobiliaria) hasta el de las haciendas autonómicas, pasando por un vergonzoso pseudo-mercado de trabajo, que gracias a nuestras autoridades y demás cómplices produce el paro más elevado de Europa (la tasa portuguesa es aproximadamente la mitad de la nuestra). España, en suma, no está claramente O.K. Saldremos de esta, seguramente, pero por méritos y culpas distintas de las que pretenden vendernos. No será desde luego gracias a Smiley y sus secuaces, que prolongaron y profundizaron la crisis. Y tampoco será por culpa del malvado Banco Central Europeo que, como apuntó «The Wall Street Journal» no es el responsable fundamental de las languidecientes economías de la península. Esa responsabilidad reside en sus gobiernos respectivos, que lo han hecho tan mal que han acertado sobre todo cuando no han hecho nada.