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Inaugurada en Holanda una clínica privada de eutanasia con unidades móviles

La primera clínica privada para practicar la eutanasia desde unidades móviles comenzó hoy a funcionar en Holanda con seis de estos equipos, y con la perspectiva de contar a mediados de este año con un centro médico para este fin.

"En lo que va de día hemos recibido 11 peticiones", indicó Walburg de Jong, la portavoz de la Asociación para la Muerte Voluntaria en Holanda (NVVE), que patrocina la clínica.

Tras recibir las peticiones, las unidades móviles, compuestas por un médico y una enfermera, empiezan a evaluar los casos de solicitud de eutanasia para decidir si se ajustan o no a los requisitos legales, explicó la portavoz.

En caso de que se acepte la petición, "se establecen contactos con el enfermo, sus familiares y el médico de cabecera, que en muchos de estos casos ha rechazado proceder con la eutanasia bien por motivos éticos, o por falta de experiencia o miedo a no cumplir cuidadosamente con todos los preceptos marcados por la ley", añadió.

La NVVE ha creado este tipo de clínica en Holanda justamente para cubrir los casos de solicitud de eutanasia que son rechazados por los médicos de cabecera.

Financiada con los fondos de sus propios socios, la NVVE espera que en un futuro el servicio sea cubierto por el sistema sanitario ordinario.

Con un presupuesto inicial de 800.000 euros, esta Asociación está construyendo una clínica en La Haya a la que podrán ser trasladados los solicitantes de eutanasia cuya salud no les permita morir en sus propias casas.

La asociación calcula que recibirá en torno a un millar de solicitudes por año, en la mayoría de los casos enfermos terminales de cáncer.

Los promotores de la clínica han aclarado en todo momento que los seis equipos móviles con los que trabajan "se ajustarán a la ley de la eutanasia", vigente en Holanda desde 2002.

La ley de la eutanasia requiere que los enfermos que solicitan la llamada "muerte dulce"padezcan una enfermedad incurable, que tengan un dolor insoportable y que estén en pleno uso de razón cuando piden que se les practique la eutanasia.

Además, las solicitudes deben ser analizadas por una comisión de expertos independientes.

La ley holandesa pena con hasta doce años de cárcel los casos de eutanasia en los que no se cumplan estos requisitos.

A pesar de estar regulada con esa rigurosidad, ha habido casos que han reabierto la polémica, como ocurrió en 2011 cuando se supo que se había practicado la eutanasia a una mujer con demencia avanzada.

El caso no tuvo repercusiones legales porque la mujer había solicitado la eutanasia por escrito cuando todavía estaba lúcida.

También en 2008 salió a la luz que se había aplicado la eutanasia a 22 bebés con espina bífida, a raíz de lo cual se ha elaborado un riguroso protocolo para seguir en casuísticas semejantes, ya que la legislación no contempla ningún apartado especial para los neonatos.

Además de Holanda, la eutanasia está legalizada en Bélgica, Luxemburgo, Suiza y en Estados Unidos en los estados de Montana, Washington y Oregón.