El Cairo

El presidente de Yemen rechaza en el último momento el plan de paz

Por tercera vez consecutiva el presidente yemení, Ali Abdala Saleh, engañó a la comunidad internacional haciéndole creer que firmaría un acuerdo según el cual dejaría el poder a cambio de inmunidad para él y su gente, y que la oposición ya había firmado el sábado por la noche.

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Ayer Saleh debía suscribir también el texto, tal y como había prometido anteriormente, pero el presidente yemení exigió a última hora nuevas condiciones, pidiendo que la firma tuviera lugar en un acto público y conjunto con la oposición, que dijo que cargará con la responsabilidad de haber llevado al país a una guerra civil si no accede a esta nueva petición. Mientras, sus seguidores tomaron durante todo el día de ayer la capital, donde la situación era confusa e incierta tanto en los despachos como en las calles, donde hombres armados fieles a Saleh levantaron barricadas y bloquearon durante varias horas a los representantes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) –que actúa como órgano mediador–, así como al embajador de EE UU, al de Reino Unido y a otros miembros de la Unión Europea en la embajada de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde estaba previsto que el presidente Saleh firmara el acuerdo.

Todos ellos fueron evacuados posteriormente en helicópteros militares, según informó la televisión panárabe Al Arabiya, y más tarde trasladados al palacio presidencial, donde algunos miembros del partido gobernante firmaron el texto en presencia de Saleh, que finalmente se negó a hacerlo, informó AP. Después de esta especie de secuestro, el CCG advertía de que retiraría tanto su plan como su mediación si Saleh no firmaba el acuerdo, a pesar de que ya llevan un mes de negociaciones en el que se han producido dos negativas por parte del presidente en el último momento. Por su parte, la oposición, que en este tiempo se ha mostrado más abierta a la negociación, ha aceptado a regañadientes la oferta árabe, que establece la creación inmediata de un Gobierno de unidad nacional y la celebración de elecciones presidenciales en un plazo de 60 días. Con este nuevo retraso, Saleh estaría intentado maniobrar para asegurar la continuidad de su partido en el poder, aunque él se vea obligado a apartarse finalmente de la presidencia después de casi 32 años.

Protestas desde enero
La revolución de Yemen se ha convertido en una de las más duraderas debido a la negativa del presidente, Ali Abdala Saleh, de abandonar el poder, a pesar de las multitudinarias protestas que se han repetido casi a diario en las calles de la capital, Saná, y la ciudad de Taaz desde el pasado mes de enero y que han sido reprimidas brutalmente con un saldo de cerca de 200 muertos. Los vecinos de la península arábiga y su principal aliado occidental, EE UU, buscan solucionar el conflicto lo antes posible, ya que la inestabilidad en Yemen podría favorecer a Al Qaida, que tiene uno de sus feudos en el país.