Empresarios confían en el SIP de Bancaja y la oposición lo critica

El Sistema Institucio-nal de Protección (SIP) anunciado ayer entre Caja Madrid y Bancaja, junto a otras pequeñas entidades, despertó reacciones para todos los gustos. Positiva, por supuesto, fueron las declaraciones del presidente de la caja valenciana, José Luis Olivas, que se mostró «contentísimo, orgulloso y muy satisfecho» y sentenció que «el consejo ya lo ha aprobado todo».En el mismo sentido, el presidente Camps dijo que Bancaja «mantendrá su identidad y su singularidad al servicio de la economía valenciana».

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, aseguró ayer que con esta operación se asegura la llegada de flujo de créditos a las empresas, una de las prioridades en estos momentos.

Además, señaló la importancia de que la sede central permanezca en Valencia. «Ahora empieza un proceso de consolidación de la entidad, en el que debemos estar al lado de Bancaja» y destacó el importante papel que tendrá el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, como vicepresidente.

En el mismo sentido se manifestó Rita Barberá que destacó que será la sede de la primera entidad financiera de España y manifestó su cariño tanto por Olivas como por Rodrigo Rato.Con menos gratitud fue recibida la noticia del SIP entre la oposición. El PSPV lamentó haber sido «excluidos» por el presidente de la Generalitat de los procesos seguidos por las dos principales cajas valencianas. Esta situación se ha producido, dijo, «por voluntad expresa de Camps, cuyo único objetivo es dificultar el control de su gestión y mantener a los socialistas al margen de la toma de decisiones».

El portavoz de Compromís en Les Corts, Enric Morera, calificó el SIP de «golpe mortal» para la economía valenciana.

Mucho más positivo fue el secretario general del PPCV, Antonio Clemente, quien aseguró que el acuerdo «situará a la Comunitat en la primera línea del sistema financiero español». Por lo que respecta a la opinión de los sindicatos de Bancaja, CCOO aseguró que si se producen excedentes de plantilla por la fusión se llevarán a cabo acuerdos laborales. UGT, por su parte, expresó su preocupación porque «una fusión siempre afecta al volumen de trabajadores» y señaló que el mayor problema se dará en los servicios centrales.