Teruel
Antonio Ariño: «El plan Bolonia favorece a los alumnos que tienen menos recursos»
«Europa necesita que los hijos de las clases menos pudientes accedan a carreras largas»
Valencia- La Universitat de València (UV) fue pionera entre las universidades públicas de la Comunitat en instaurar el Plan Bolonia durante el curso pasado en algunas titulaciones. Todos los centros deberán acogerse al nuevo modelo el próximo año.
-¿Qué balance hace del primer año de su implantación ?
-De momento no se puede hacer un análisis comparativo entre los grados y las antiguas titulaciones. Para ello se deberá esperar a que culmine sus estudios la primera promoción de cada una de las carreras, más dos años para comprobar también cómo ha sido su inserción en el mercado laboral.
-¿Cómo se va a evaluar el proceso hasta entonces?
-Se hará un informe de seguimiento anual, que se diseñará en septiembre, para comprobar los avances e introducir modificaciones. Incluirá una evaluación global de cada titulación basado en indicadores como la tasa de eficiencia, abandono, o aprobados.
-Sube un cuatro por ciento el precio de los créditos, los grados son un 25 por ciento más caros que las antiguas titulaciones. Son datos que parecen dar la razón a los que se auguraban un encarecimiento de los estudios.
-El incremento de los precios no tienen nada que ver con el proceso de Bolonia. Las tasas las fijan los gobiernos autonómicos, dentro de una banda que establece el Ejecutivo central. La sociedad debe ser consciente de que una buena formación requiere recursos, y que tener personas bien formadas, a través de una inversión adecuada, acaba siendo mucho más rentable en todos los aspectos que la ausencia de formación o tener tasas de abandono superiores al 30 por ciento como ha ocurrido hasta ahora.
- ¿El Plan Bolonia impedirá el acceso a la universidad de los estudiantes con menos recursos?
-Al contrario, el Espacio Europeo de Educación Superior ha enfatizado la dimensión social de la universidad, que favorece a los que menos oportunidades socioeconómicas tienen. Lo que ocurría hasta ahora es que con los impuestos de todos se financiaban a bajo coste las carreras más largas, que sólo podían cursar los estudiantes con mayores recursos. Europa necesita que los hijos de las clases menos pudientes puedan acceder a las titulaciones en la misma proporción que los de las clases medias y altas.
-¿ A través de qué mecanismos?
-Mediante políticas de becas-salario y los préstamos, que han posibilitado que un grupo importante de estudiantes con dificultades económicas, laborales y familiares hayan podido iniciar sus estudios en la UV. Además, siendo cierto que las matrículas de los postgrados son altas, titulados sin trabajo, que de otro modo no hubieran podido estudiar un postgrado, han tenido una oportunidad de reciclaje con los másteres gracias a estas ayudas.
-¿Se han mercantilizado las universidades públicas?
- Las empresas no han determinado en absoluto la redacción de los contenidos de ninguna titulación. Otra cosa es que la universidad deba conocer lo que ocurre en el tejido productivo. Hay que recordar que el principal empleador es el sector público.
-Otra de las críticas al nuevo modelo es la presunta dificultad para conciliar la vida laboral con los estudios
- Bolonia contempla por primera vez formalmente en las universidades presenciales la figura del estudiante parcial. UV ofrecerá la posibilidad de establecer itinerarios especiales en aquellos casos donde exista un umbral suficiente de alumno. Lo que no podemos es diseñar una carrera a medida.
-¿Qué ha tenido que modificar UV para adaptarse a Bolonia?
-Principalmente tener grupos más reducidos para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea más eficaz, que además debe compaginarse con la inserción plena de la docencia en las nuevas tecnologías. Todo ello se traduce en una modificación de equipamientos e instalaciones.
-¿Han recibido alguna subvención específica para acometer estas reformas?
- Se ha hecho sin dotaciones presupuestarias específicas, con los recursos que la universidad tiene. Bolonia fue diseñado en un contexto de crecimiento, y se está aplicando en recesión.
-¿Existe una brecha entre las necesidades del mercado laboral y las titulaciones ofertadas por la universidad?
-No creo que exista tal brecha. Lo que puede ocurrir es que haya aspectos concretos de un puesto de trabajo que la universidad no te ha proporcionado, porque un acoplamiento automático entre la necesidades de un puesto de trabajo «x» y un título «y» no se va a producir nunca. Para cubrir ese espacio se ha dado una gran importancia a las prácticas profesionales y a los másteres. La universidad debe proporcionar una formación a largo plazo.
-¿Cómo se han adaptado los alumnos a las nuevas metodologías?
-No deben tener problemas. Es evidente que era necesario erradicar el esquema clásico de acudir a tomar apuntes para concentrar el estudio en una etapa corta del año. Lo importante ahora es el trabajo y el aprendizaje continuo.
-¿Qué queda por hacer para el curso que viene?
-Este año se va a implantar Bolonia en todas las titulaciones, e incluso en algunas se adaptará al segundo curso. Para UV el próximo año será muy importante.
PERFIL
Nacido en Allepuz (Teruel) hace 55 años, es licenciado en Geografía e Historia y catedrático de Sociología en la Universitat de València, a la que accedió en 1987 como becario de investigación. Ha compaginado la docencia con la publicación de numerosos trabajos, basados en investigaciones de temáticas tan diversas como el patrimonio cultural, el asociacionismo o las organizaciones no lucrativas. Ocupa desde este año el cargo de vicerrector de Planificación e Igualdad, al que llegó dese la vicerrectoría de Estudios y de Convergencia Europea, en la que desde 2003 fue uno de los máximos responsables de la implantación del Plan Bolonia en el centro educativo. Además fue durante seis años director del Departamento de Sociología y Antropología Social de UV, así como vicepresidente de la Federación Española de Sociología.
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