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La social eficacia por Pilar Ferrer

La Razón
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El pasado jueves, tras el desayuno con el presidente catalán, Artur Mas, tres importantes hombres de la CEOE se reunieron en un rincón del hotel madrileño donde se había celebrado. Arturo Fernández, vicepresidente y máximo responsable de CEIM, Joaquín Gay, presidente de Fomento del Trabajo, la patronal catalana, y el secretario general de la CEOE, José María Lacasa. Los tres hablaban de la reforma laboral y su urgente aprobación. Los empresarios recelan de que no se abarate lo suficiente el coste del despido, con lo que su incidencia en la generación de empleo será mínima. Es el gran caballo de batalla.

Pero la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha sido tajante: los acuerdos alcanzados entre los agentes sociales no bastan, al dejar fuera asuntos como contratación y negociación colectiva, imprescindibles para flexibilizar un mercado de trabajo anacrónico. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, una política de primera, sabe muy bien lo que tiene entre manos y reformará los convenios, pese a la dilatación sindical. Este país no admite ya una negociación de sordos, habitual en los últimos años de Zapatero: diálogo social, sí, pero sobre todo valiente y eficaz.
El trío de empresarios que conversaban en Madrid no desean «mareos de perdiz». Dos de ellos, Fernández y Gay, lo son de verdad, con empresas de envergadura y numerosas nóminas a su cargo. Los sindicatos, mucho más anclados en cómodas esferas, deberían anteponer ahora los cinco millones de parados a algunas de sus exigencias. El plazo dado por el Gobierno tiene un objetivo, lema de su campaña electoral: lo primero, el empleo. Y aquí no se desdicen.