Feria de Bilbao

El Juli intenso y a hombros

Santander. Cuarta de la Feria de Santiago. Se lidiaron toros de Garcigrande, bien presentados. El 1º, exigente y agradecido; el 2º, noble, repetidor y sin entrega; el 3º, noble y de calidad, buen toro; el 4º, se desplazó en la muleta, con nobleza y a media altura; el 5º, repetidor y desigual; y el 6º, rajado aunque la toma con nobleza. Casi lleno.El Fundi, de azul celeste y oro, casi entera, aviso (saludos); dos pinchazos, estocada trasera y caída (saludos).El Juli, de azul marino y oro, estocada trasera (dos orejas); estocada, aviso (dos orejas).Jiménez Fortes, de azul y oro, estocada delantera (oreja); buena estocada (oreja). 

El Juli intenso y a hombros
El Juli intenso y a hombroslarazon

De las dos orejas de El Juli del segundo no nos enteramos, de la faena del quinto, sí. Qué intensidad. Garcigrande echó una buena corrida de toros, con muchos matices pero con interés de principio a fin. Toros distintos, algunos importantes, otros exigentes, pero no nos aburrimos ni un segundo. Nunca. Lo que ocurría en el ruedo tenía miga. Estudiar al toro para seguir el protocolo. Cuántas dudas enciende un astado a cada embestida. Preguntas en busca de respuesta. Juli brindó el quinto al maestro Fundi, que está de despedida. Juli tiene en la cabeza todo el toreo. Y bien estructurado. Decálogo de lo que hay que hacer según el toro. Por eso interesa tanto. En el ruedo ocurren cosas, van cambiado, mutando según la técnica aplicada. ¿Hasta dónde se puede llegar? El toro repetía, lo hizo toda la corrida, y lo hacía desigual, una vez bien otra se descomponía. En el reto encontró Juli la faena. Faenón. Un deleite ver con qué suavidad cosió las embestidas del toro, daba igual lo que éste hiciera, solventaba Julián. Suavizaba el ímpetu o la mala gana. Por el izquierdo descolgó el toro, puso la cara abajo, y los naturales tuvieron una profundidad tremenda, con los vuelos citaba, con los vuelos mandaba hasta encontrar el remate, casi siempre una cuarta después de donde quería el de Domingo Hernández. Perfecto Julián. Dos orejas como dos soles después de tirarse detrás de la espada. Otras dos se llevó del segundo. Quitó por chicuelinas y tapó defectos al toro, que tenía la virtud de la nobleza y era repetidor, pero sin calidad, sin entrega. Pero fue otra dimensión la de Julián.


Miedo sentimos al ver caerse a Jiménez Fortes cuando paraba al sexto. Se salvó de milagro. ¡Qué cerca estuvo la cabeza! Derribó al picador. ¡Otro! Después el toro se rajó y la tomó bien pero con más ganas de irse a tablas que de quedarse. La faena de Fortes fue por la línea que le impuso el toro y en la querencia conquistó al público a fuerza de circulares, imponiéndose al animal y con desplantes. La estocada fue perfecta. El tercero fue el de más calidad de todo el encierro. Toro noble, con codicia, buen son. Le hizo un extraño (quizá por la querencia) en una chicuelina, pero luego metió la cara de verdad. Era para un toreo de calidad, de reposo, de disfrutar. Jiménez Fortes imprimió voluntad y una gran dosis de circulares. Mejor en el comienzo del muletazo que de mitad para adelante.


El Fundi sudó el vestido. Su primero fue el más exigente, también agradecido, pero había que tragarle. Luego el toro lo hacía por abajo. Cumplió Fundi y pasó lo suyo en las dos coladas del cuarto con el capote. No se acordó después y se desplazó con largura en la muleta de Fundi. Otro adiós consumado.