Singapur

«Una de las grandes contradicciones es usar agua potable de calidad y coste para regar»

Alberto Tejada Guibert- Secretario del Programa Internacional Hidrológico de la Unesco 

«Una de las grandes contradicciones es usar agua potable de calidad y coste para regar»
«Una de las grandes contradicciones es usar agua potable de calidad y coste para regar»larazon

Este año el Día Mundial del Agua concentra la atención en el impacto de las ciudades. Ante el término «cambio climático», en la Unesco prefieren hablar de «cambio globales», porque son muchos procesos, como la concentración urbana o la industrialización, los que tienen más efecto sobre el recurso hídrico.

-¿Cómo se combina la celebración del día mundial tras un desastre como el de Japón?
- Japón es una de las primeras economías del mundo y se ha visto incapaz de pronosticar. Afrontar un desastre de esta magnitud no debe ser fácil y no hay mucho escrito. La labor de rescate va a tener que ser un esfuerzo de todos; primero de todo, el agua para emergencia.

-¿Qué se puede hacer para asegurar el suministro en una situación de emergencia?
- En las pasadas inundaciones de Pakistán mandamos técnicos para estudiar si en estos casos se puede usar el agua subterránea para las necesidades básicas. Hay que tener cuidado de que el agua de las inundaciones no llegue hasta las zonas de pozos, para poder tenerlos como reserva de emergencia.

-Para 2050 seremos 10.000 millones de habitantes, ¿habrá agua para todos?
- Es un problema de gestión, financiación y voluntad política, pero no imposible de resolver. Tenemos razones para ser optimistas.

-El 60 por ciento de la población habitará en ciudades en 2030.
-La mitad de la humanidad vive ya en entornos urbanos. En América Latina hay un índice de urbanización del 80 por ciento y en muchos casos, la ciudad crece más rápido de lo que lo hace la red de canalización del agua potable. Además, la mayor parte de las megaciudades de ahora están en la costa y pueden afectarles desastres como los de Japón.

-¿Cuáles son los retos para las autoridades de estas urbes?
-Los arrabales son, en muchas ocasiones, los que crecen a mayor ritmo. Si nos concentramos en solucionar los problemas de estas áreas se habrá avanzado mucho. Otra parte es la calidad del agua. Restos de industrias, sustancias químicas, medicamentos, acaban cada vez más en los ríos.

-¿Cuál sería la solución?
- Primero, hay que empezar a pensar que hay fuentes de agua como la lluvia. Muchas veces se ve como algo que hay que sacar rápido de la ciudad. Más bien puede acumularse y usarse para recargar el acuífero. Sería agua aceptable.

-¿Alguna más?
-Otra de las grandes contradicciones se centra en el coste del tratamiento para obtener agua potable de magnífica calidad y esa misma se usa también para regar o lavar inodoros.

-¿Las presas son una solución del siglo XXI?
-Hay que ser prácticos. Mundialmente ha habido un movimiento que consideraba que cualquier gran embalse era nocivo. Los perjuicios para la cuenca no lo hacía una gran solución medioambiental. Ahora la opinión internacional es que hay que considerar caso por caso. Hay lugares en los que tener una reserva de almacenamiento es una opción viable. No se debe condenar como malo.

-¿Y los trasvases?
-De antemano, no se puede decir que sea totalmente malo, hay que hacer una valoración de impactos ambientales, estudios de rentabilidad técnico-económica y social y cultural. En Perú es una solución evidente y práctica el poder derivar el agua de los ríos de los Andes que fluyen hacia el Atlántico y derivarlos hacia las cuencas del Pacífico, que es donde están las principales ciudades. Es una solución que a la larga beneficia al país.

-No siempre hay consenso...
-Hay mucha gente que quiere cuidar sus recursos, incluso entre las grandes potencias, como Canadá y EE UU. Es una reacción muy común. En la Unesco tenemos un programa específico de resolución de conflictos, incluso para aguas subterráneas.

-El crecimiento urbano será sobre todo en países en desarrollo. ¿Qué medidas pueden emprender?
-El modelo pasa por utilizar el agua de forma más eficiente, la reutilización, las fuentes que no son tradicionales como la lluvia. También hay muchas pérdidas en las redes canalización. Quizá una inversión en controlar esas pérdidas, que pueden ser del 30-40 por ciento, puede ser más rentable que construir otra derivación de un río lejano. También la parte institucional, social y económica, influye en la gestión.

-¿Sirven las campañas de ahorro?
-En Europa ha tenido éxito, Berlín tienen cifras muy modestas de consumo, 130 litros por habitante por día. En las grandes ciudades norteamericanas son unos 500 litros.

-En Emiratos se levantaron ciudades en el desierto, ¿la desalinización es una panacea?
-Ahora las ciudades de la península arábiga son muy ricas y el coste por m3 está mejorando. Trasportan su agua a cientos de kilómetros y tienen tantas pérdidas que se han formado rías. Tienen esa facilidad pero no es funcional, hay otras fórmulas. Pueden encontrarse en el futuro con situaciones delicadas.

-¿Alguna megaciudad está haciendo sus deberes?
-En Singapur, ciudad-isla, han reducido su dependencia de Malasia y están cerrando el ciclo del agua dentro de la ciudad, reutilizando y produciendo lo que llaman «Agua Nueva».