América

Caracas

Chávez saca a los militares a la calle

Venezuela es conocida por el petróleo –su mayor recurso–, por el éxito en los concursos de belleza y por un presidente que se ha dedicado en los últimos 12 años a convertirse en el centro de atención de los medios por sus extravagantes propuestas, alianzas con países «gamberros» como Cuba, Irán, Libia o Siria, la censura con medidas como el cierre de televisiones, radios, además de sus ataques a Estados Unidos.

Soldados de la nueva unidad entonan el himno en Caracas ante el caudillo
Soldados de la nueva unidad entonan el himno en Caracas ante el caudillolarazon

MONAGAS (VENEZUELA)- Pero mientras Hugo Chávez libra batallas imaginarias con el Imperio, como define a EE UU, los venezolanos sufren en carne propia lo que representa ser el quinto país más violento del mundo, otro distintivo que se ha ganado esta nación, no por estar en un conflicto, sino por la tasa de homicidios que, según las cifras oficiales, es de 48 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2010, un número que lo coloca por encima de vecinos como México o Colombia.

La ONG Paz Activa, dedicada a promover soluciones sobre la inseguridad ciudadana en Venezuela, alertó en los últimos informes remitidos a la ONU sobre el creciente número de asesinatos, que duplican las estadísticas de todo el continente americano, donde ocurren 26 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, mientras que en Venezuela se producen 57.

Año electoral
Según estos datos, en el país caribeño hay 38 homicidios por día, 14.000 al año. Caracas es la ciudad más violenta de Venezuela, donde cada año mueren más de 2.500 personas, víctimas de tiroteos, choques entre bandas y robos por un par de zapatos.

El régimen sólo ha aplicado medidas militaristas que, por ahora, no funcionan. En abril de 2010, puso en marcha el Dispositivo Bicentenario que sacó a la calle a los militares de la Guardia Nacional. El jueves, Chávez anunció además la activación del Comando Nacional de la Guardia del Pueblo, que echará a andar en Caracas, Vargas y Miranda, con 3.263 guardias nacionales contra el crimen. Tras 12 años en el poder, Chávez admitió en un acto castrense que la inseguridad «es uno de los graves problemas que aquejan a Venezuela». Sin embargo, no sólo han sido los homicidios los que se han duplicado. Hace 10 años, los secuestros no llegaban a 100. En 2009, sobrepasaron los 700. Las víctimas más recientes fueron el cónsul chileno en Caracas, Juan Carlos Fernández, y el jugador de béisbol Wilson Ramos, una estrella nacional que juega en las grandes ligas de EE UU.

Fernández sufrió la pasada semana un violento secuestro exprés para robarle el coche. Dos días antes, el 9 de noviembre, Ramos fue secuestrado en la casa de sus padres en Carabobo. El «pelotero» estuvo 53 horas retenido. Tras un despliegue de película, que incluyó a fuerzas especiales, fue liberado.

Pero en Venezuela nadie está a salvo. En agosto, una estudiante de medicina de Carabobo, Elialberth Uzcátegui, fue asesinada al salir de trabajar en un hospital de esta región, a 158 kilómetros de Caracas. Le quedaban cuatro semanas para graduarse. El 25 de octubre, un compañero de la facultad de Derecho, Junior Gordiño, murió de una herida de bala que recibió en el campus durante un robo. El goteo es incesante y afecta a todos los sectores. Ahora, Chávez promete que sus «guardianes» rebajarán un 7% la tasa de homicidios, contendrán el tráfico de drogas y atajarán la violencia. Todo en sólo un año, antes de las elecciones.

 

Cárceles: hacinamiento y motines
Hace una semana, la ONG Observatorio de Prisiones dio a conocer la cifra de muertes en las 34 cárceles del país, donde se hacinan casi 50.000 presos. De enero a octubre, 487 reclusos fallecieron en prisión o centros de custodia. La situación más compleja se dio el pasado junio, con un motín en el que los presos tomaron el control de la cárcel de El Rodeo durante tres semanas. Se necesitaron 5.000 militares para sofocarlo.