Manhattan
El nivel del agua baja en Nueva York pero la región sufre graves daños
El nivel récord de inundación se ha reducido apreciablemente en Nueva York y Nueva Jersey tras el paso de la tormenta "Sandy", que ha causado al menos diez muertos en una región durante azotada por el fenómeno y donde unos cuatro millones de personas siguen sin suministro eléctrico.
Mientras la tormenta se desplaza hoy tierra adentro, las autoridades y los equipos de emergencia luchan en los dos estados por atender los problemas más acuciantes a la vez que se comienza a hacer un recuento de los graves daños.
Tras el anuncio de dos muertes por caída de árboles en Long Island, la cifra se eleva a diez muertos en la región: siete en el estado de Nueva York y tres en Nueva Jersey, la mayoría por caídas de árboles en casas y coches. El total en EEUU es por ahora de 15 muertos, más uno en Canadá.
Además, Nueva York y su área metropolitana (19 millones de habitantes) amanecen hoy sin transporte público, con importantes interrupciones del suministro eléctrico y con todos los aeropuertos y casi todos los puentes y túneles de la ciudad cerrados.
De momento, la reducción del nivel de las aguas, que gracias al descenso de la marea han bajado casi dos metros en el Bajo Manhattan desde su punto culminante, ha relajado un poco la situación, si bien algunas rachas de viento que todavía persisten esta mañana, próximas a los 100 kilómetros por hora, recuerdan que "Sandy"sigue cerca.
El agua en Battery Park llegó el lunes a 4,1 metros, con lo que no sólo batió el récord alcanzado en 1821 sino que entró en el túnel Battery-Brooklyn y en varias estaciones de metro.
Otras inundaciones de menor entidad se produjeron en distintos puntos de la ciudad, pero también en otras partes del estado y de los vecinos Connecticut y Nueva Jersey, donde las calles de Atlantic City, Seacaucus y otras ciudades sufrieron importantes inundaciones.
Un nuevo ciclo de marea alta llegará a partir de las 06.00 (10.00 GMT), pero para entonces los meteorólogos confían en que el empuje de la tormenta habrá bajado lo suficiente como para que no se repitan los graves problemas de la pasada noche.
El principal reto ahora mismo es devolver la electricidad a una zona muy golpeada por una tormenta y que, posiblemente, sea la más grave que ha pasado por la región de Nueva York, algunas de cuyas áreas parecían una zona de guerra tras el paso de la tormenta.
A primera hora de hoy había más de cuatro millones de clientes sin electricidad: 1,924 millones en Nueva Jersey, 886.000 en Long Island (fuera de lo que es ciudad de Nueva York), 660.000 en la Gran Manzana y el condado de Westchester y 500.000 en el vecino estado de Connecticut.
Se calcula que en algunas zonas menos urbanas de Long Island y Nueva Jersey harán falta de siete a diez días para restaurar el fluido eléctrico. Las empresas eléctricas se afanan en reparar los equipos dañados, para lo que ya habían desplazado de forma preventiva a grupos de técnicos de todo Estados Unidos.
Árboles caídos sobre cables, transformadores que explotaron por la sobrecarga o cables rotos en zonas húmedas son algunos de los problemas que deben afrontar los especialistas.
El sur de la isla de Manhattan ofrece esta noche una visión fantasmagórica, después de que la compañía Con Edison cortase el suministro de toda la zona para evitar que la inundación causara daños más graves a los transformadores colocados bajo tierra.
Además, la empresa debe reparar el transformador de la calle 14, que explotó y causó la alarma en una amplia zona. No se sabe cuánto tiempo costará la reparación de las empresas e infraestructuras (carreteras, semáforos, señales, playas) que han sido afectadas, porque apenas ha podido comenzar el recuento de daños. En algunas zonas de Long Island no se puede beber el agua corriente.
El hospital de la Escuela de Medicina de la Unidad de Nueva York tuvo que trasladar durante la madrugada a sus 215 pacientes ya que se quedó sin electricidad y se averió su generador de emergencia, lo que supuso un complicado reto logístico.
Otro quebradero de cabeza de las autoridades es el enorme trozo de grúa de 23 metros que cuelga junto a un rascacielos en construcción a una altura de unos 75 pisos en pleno centro de la ciudad: en la calle 57 y al sur de Central Park.
Permanecen evacuadas y cerradas las calles 56 y 57 entre la Sexta y Séptima avenidas, donde se encuentra la grúa dañada, y los fuertes vientos han impedido hasta ahora subir a asegurar el fragmento.
La vuelta a la normalidad pasa también por la recuperación del transporte público, pero la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) de Nueva York ha sufrido los mayores daños en sus 108 años de existencia, según dijo el presidente de la entidad, Joseph Lhota.
Los graves efectos de "Sandy"en las infraestructuras de metro, trenes de cercanías y autobuses hacen que aún no se sepa cuándo puede reabrir este servicio básico. En concreto, siete túneles del metro y dos de tráfico rodado están inundados, lo que obligará a bombear el agua y reparar las instalaciones.
Las escuelas, universidades, museos, grandes sedes empresariales, la sede de Naciones Unidas y la bolsa de Nueva York seguirán cerradas hoy, lo que contribuirá a aligerar el tráfico y a aliviar las preocupaciones del alcalde, Michael Bloomberg, y su equipo.
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