ANÁLISIS: Es una muerte por compasión por José Cabrera

Casi siempre es de madrugada cuando la muerte violenta golpea en el seno de una familia, ese espacio del tiempo en el que los solos están más solos, la desesperación es más intensa, las defensas están más bajas y la oscuridad lo cubre todo, incluso la esperanza.

El hombre que esta noche pasada mató a su anciana madre de 80 años de edad estrangulándola, presumiblemente con un cinturón, llamó luego a emergencias, escribió una nota en la que decía que su madre sólo sufría, y luego a renglón seguido, se tiró por la ventana del noveno piso del domicilio; era un hombre extraño y difícil en opinión de los vecinos.

Y entonces surge aquella frase tan traída y llevada: «la mató por compasión»…no quería verla padecer y no aguantó su muerte. Es lo que en psiquiatría forense se llama «suicidio ampliado»: el sujeto desesperado con su vida quiere quitarse del medio y se lleva antes a los suyos por delante con el «pretexto casi siempre patológico» de que así no sufrirán su ausencia.

En el caso de Moratalaz parecen darse casi todos los elementos: muerte de la madre «que sufría un cáncer, con sus dolores consiguientes», nota del homicida-suicida en la que explica la acción, una reciente muerte del padre, y un salto al vacío sin retorno.

Pero a los profesionales «nos chirría» algo: la violencia en la muerte de la anciana (en la «compasión» no se da), los antecedentes psiquiátricos de «probable Esquizofrenia no Depresión» que es el caso típico, una nota que sólo justifica la muerte de la madre, y finalmente un salto al vacío.
¡Para mí que nos quedaremos sin respuesta a esta tragedia!