Alonso vuelve a ser Alonso

Todo empezó bien en Bahrein pero desde entonces las cosas se torcieron de forma innegable. El rendimiento del monoplaza caía a pasos agigantados y Alonso fallaba lo que nunca en ocho temporadas en la Fórmula 1. A pesar de todo, su esfuerzo le valía para mantenerse a duras penas en la lucha por el título hasta que la semana pasada y con la llegada de varias evoluciones, el F10 de Ferrari volvía a la senda de la competitividad.

El salto cualitativo se confirmó en Alemania aunque en Hungría, Red Bull ha protagonizado una vuelta de tuerca y su coche vuelve a estar a un segundo del resto, algo ciertamente preocupante.

Alonso es el quinto en discordia entre los pilotos que luchan por el título a falta de siete carreras para que la temporada acabe. Se presume un final muy apretado aunque el español cuenta con una gran ventaja: quiera o no, Massa ejercerá de gregario, algo que no tendrán ni Red Bull ni McLaren, porque sus pilotos están inmersos en la batalla por la corona. Ayer, Alonso volvió a demostrar que no piensa desaprovechar una sola oportunidad y que sus rivales no pueden cometer un solo fallo, como le ocurrió a Vettel, que se ganó una sanción por desconocer el reglamento que obliga a mantener una distancia máxima con el siguiente monoplaza cuando el coche de seguridad esté en pista. Alonso le ganó la batalla y además, otra vez dejó clara su superioridad sobre Massa, que de nuevo rodó a medio segundo de su compañero durante todo el fin de semana.

Con ese nivel, está claro que lo mejor que puede hacer el brasileño es ayudar a Alonso a ganar el título de pilotos y también el de constructores para Ferrari. Ahora la F-1 descansa durante casi un mes y vienen carreras favorables a coches como McLaren y Ferrari. El asturiano sabe que Spa-Francorchamps y Monza son pruebas clave para sus aspiraciones al título.