Ferraz se alinea con Griñán frente a Chaves

Madrid- Al presidente de Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, «no se lo están poniendo fácil». La valoración es del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, quien ayer salió en defensa del sucesor de Manuel Chaves. El número dos de los socialistas no dijo quién pone palos en las ruedas a la nueva dirección de los socialistas andaluces, pero es fácil adivinarlo. En la calle Ferraz son conscientes de que el socialismo andaluz está partido en dos, entre los que fueron y los que son, entre los que están y los que se resisten a marchar. Más claro: los hombres de Chaves en Andalucía, como el aya dimisionario, Luis Pizarro, no se resisten a «aceptar que su tiempo ha pasado» y que la nueva dirección del PSOE-A tiene toda la legitimidad y todo el derecho a adoptar las decisiones políticas y orgánicas «que considere oportunas», mucho más cuando el entorno de Chaves pretende cambiar candidatos a su antojo.
La dirección federal no quería en principio intervenir en las batallas que desde hace meses libran en Andalucía los partidarios de Chaves y la dirección de Griñán. Pero la ¿dimisión? de Luis Pizarro –mano derecha de Chaves durante 16 años– como consejero de Gobernación seguida de la crisis abierta por la candidatura de Jerez –clave para conservar la Diputación gaditana– y el escándalo de los ERE irregulares ha quebrado toda pretensión de no interferir en el asunto desde Madrid. En Ferraz se empiezan a escuchar voces que no ocultan el hartazgo por las maniobras del presidente del PSOE contra su sucesor en la Junta de Andalucía. Y no sólo por lo que consideran una injerencia inaceptable, sino también porque el voto de los delegados de Andalucía es de suma importancia en unas elecciones primarias o en un congreso federal, y este poder territorial todavía hoy se resiste a perderlo Manuel Chaves.
Pese a todo, Blanco trató ayer de transmitir normalidad en el relevo de Pizarro y de hablar de un PSOE-A «fuerte y cohesionado», a pesar de que, como reiteró, «a la nueva dirección no se lo están poniendo fácil». En todo caso, afirmó que Griñán cesó al delegado de la Junta en Cádiz «en el ejercicio de sus facultades». Y si un consejero, añadió, tiene discrepancias con una decisión del presidente «lo normal es que deje el Gobierno». Apariencia de normalidad y respaldo absoluto de Ferraz a la decisión de Griñán por tanto.

También dimite el equipo de Pizarro
Francisco Menacho acababa de tomar posesión de su cargo de consejero de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía y en la primera reunión con sus colaboradores se topó con los rescoldos de la dimisión de su antecesor. José Antonio Gómez Periñán, «número dos» de Luis Pizarro en la Consejería desde abril de 2009, renunció ayer como viceconsejero, agudizando así la crisis interna en la que está inmerso el PSOE andaluz. Lo acompañaron en su decisión los directores de Administración Local y Espectáculos Públicos, José María Reguera y Manuel Brenes, respectivamente. Todos son gaditanos y colaboradores de Pizarro, castigado por Griñán por urdir una maniobra política para colocar al arquitecto Fustegueras como candidato en Jerez al margen de la dirección regional del partido.