La esperanza de la cirugía fetal por Eduard Gratacós

Uno de cada diez fetos presentarán algún problema durante su vida en el útero materno. Muchos son leves pero, lamentablemente, otros son graves y pueden comprometer la supervivencia o la calidad de vida. Hace 30 años, el feto prácticamente no existía en medicina. La introducción de la ecografía a finales de los 70 supuso una verdadera revolución a dos niveles: el diagnóstico de problemas que sólo se conocían en niños y la visualización del feto por parte de los padres. Esta combinación impulsó un nuevo concepto del feto como paciente, y con él nació la subespecialidad que conocemos como Medicina Fetal. Rápidamente se hizo evidente que algunos de estos problemas podrían ser tratados en el útero. El tratamiento fetal pasó en poco tiempo a formar parte indisoluble de la propia Medicina Fetal. Los tratamientos fetales son cada vez más sofisticados y el ejemplo más desarrollado es la cirugía fetal. Requiere alta tecnología y grandes equipos multidisciplinares, y se realiza en pocos hospitales en el mundo. La necesidad de disponer de Medicina fetal de calidad es ya una demanda social. La percepción del feto como persona hace que los padres esperen una atención como la de un niño, con especialistas que conozcan el problema. Hoy nos encontramos en un punto seguramente todavía intermedio desde que empezó esta especialidad, pero que permite ya ofrecer asesoramiento muy preciso sobre problemas fetales. La existencia de un equipo de cirugía fetal de primer nivel internacional en España, como el que forma nuestro programa, permite seguir aportando nuevas soluciones. Soluciones reales para problemas que estadísticamente son poco frecuentes, pero que individualmente representan un drama familiar. Soluciones que han permitido en los últimos 10 años que muchos fetos con problemas graves hayan salvado la vida y hoy sean niños que viven con sus familias.

Eduard Gratacós
Jefe de Servicio de Medicina Maternofetal del Hospital Clínic de Barcelona